Ejercicio #1: Cuento/Prólogo de mi siguiente novela histórica

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Justo detrás de la horca, es justo cuando ella recuerda la exposición de su vida diaria:

Ella se despertó tranquila, aunque con un poco de dolor de cabeza. De inmediato se fue al río para despejar un poco la mente junto con su hermanito pervertido, cuyas hormonas se encontraban avanzadas igual que las de un pubescente joven de 15 años. Fueron ambos a correr, justo cuando su hermano se distrajo y se fue a tocarles los pechos a otras chicas. Es justo cuando ellas le dan un coscorrón en la cabeza, dejándolo morado por una actitud que él puede controlar y no controlar al mismo tiempo. Sin embargo, ella se encontraba ya con una terrible jaqueca. ¿Será por la irresponsabilidad de su hermano? No. ¿Será por el asesinato de sus padres como presos políticos? No, no. ¿Será por el hecho de estar viendo a una criatura mitológica que parece a una mariposa? Eso.

La cosa esa lucía como un insecto de tamañano mediano, apenas un poco más grande que una cucaracha, pero el detalle más extraño era su color azul mar, lucir con el que cualquiera pensaría que tiene sangre de color azul, pero era igual de grotesca que cualquier otro tipo de sangre.

--¡Anna!--Hizo una breve pausa:--¡Ayúdame!--Llamó su hermano y ella decidió abandonar la idea de acercarse a la criatura y mantener las apariencias; la mejor opción para  una rusa zarista como ella. Al hermano le estaban persiguiendo unas niñas de seis años y de su misma edad por dus actitudes pervertidas. Ella se puso la ropa de inmediato y, entonces, se dispone a buscar al hermano.

Es justo cuando la criatura se le queda observando.

Ella se resbala un poco con los pies sucios, pero de inmediato se levanta para defender a su hermano éste, a pesar de que éste último era indisciplinado.

--Kyro. Discúlpate con las niñas.

--Pero...

--Discúlpate.

--Lo siento, mujeres.

La niña entonces gritó una grosería. Pero las otras niñas la calmaron y se fueron con rabia.

Anna entonces se dispuso a caminar con su hermanito, y es justo cuando éste se dispone, se encuentra un poco arrepentido, pero su mente le dice que valió la pena.

--Kyro.

--¿Sí, hermana?

--Ya hablamos sobre esto. ¿Recuerdas?

--No.--Fue lo primero que se le vino a la mente.

--C*****.

--Niña, no digas groserías.

--Y tú deja de hablarme como nuestro viejo.

--No le digas así. Sabes que no fue su culpa.

--Sí que la fue. Tengo miedo de que vengan por nosotros, a pesar de que nos merezcamos eso y más.--La chica tenía razón. El miedo la inundaba por todas partes, pero intentaba proteger a su hermano de aquella amenaza.

--No es cierto.

--Vale, tienes razón.--Hizo una breve pausa:--Yo me lo merezco, pero no permitiré que te pase lo mismo.

--Bien. Gracias, hermanita.

--No me digas así.--Rió un poco.

Le dio un abrazo un poco largo, pero eso apenas fue el comienzo de su aventura.

Clase de Escritura CreativaWhere stories live. Discover now