Hoy era el día, se avisaría quien iba a ser el o la siguiente representante estudiantil.
Irene junto con un chico rubio y alto esperaron a ser llamados por el director, quien tenia un sobre en sus manos. Dentro del sobre se encontraban los porcentajes de la votación que habían hecho los estudiantes hace unas semanas. A pesar de estar toda la escuela reunida en el gimnasio, la gran mayoría de esas personas no estaban interesadas en el resultado pues era sabido de antemano quien iba a ganar. Todos los años eran iguales desde que Irene había ingresado en el instituto, pues era la mejor cuando se trataba de deportes y actividades académicas.
El director comenzó con su discurso monótono y aburrido que todos ya conocían. Por esa razón Irene simplemente ignoro mayor parte de este y espero a que la nombraran para subir al escenario, pues debía recibir la placa que la definía a ella como la siguiente representante. Cuando por fin habían revelado los resultados, para la sorpresa de nadie Irene subió a buscar lo que volvía a ser suyo, la placa. Pocas miradas envidiosas la seguían deseándole situaciones exageradamente humillante, sin embargo la pequeña chica de pelo negro no sentía ningún miedo por todas esas miradas y con una gran sonrisa volvió a su lugar luego de cumplir su objetivo.
Las clases siguieron normales y aunque Irene sabia que debía quedarse para organizar nuevos proyectos, un suspiro relajante salio de su boca. Por fin habían terminado el horario que tanto la cansaba. Al entrar en el salón encontró unas grandes pilas de papeles arriba del escritorio. Irene se sorprendió pues ¿Por había tantos papeles si apenas hoy habían declarado que ella seria la representante? Sin pensarlo dos veces agarro el primer papel, al leerlo se dio cuenta de que se trataba de cosas que claramente no eran de este año.
Todo estaba mezclado y seguramente la mayoría de cosas que estaban allí ni siquiera debían ser relevantes para ella.
Irene acomodo su cabello para que no le estorbara mientras intentada organizar un poco todo ese papeleo. Agarro su teléfono móvil y mientras ponía todo en diferentes carpetas, buscó los capítulos descargados de su nuevo anime favorito. Acomodo su celular en una esquina del escritorio y cerró la puerta, aunque sabia que las probabilidades que la vean eran casi imposibles ya que ningún estudiante debía estar a esta hora en ese lugar, ella no quería arriesgarse a arruinar su imagen. ¿Acaso que opinarían los demás de ella si es que veía cosas raras? Irene sabia que era una tontería pero también sabia que a su madre no le parecería una tontería, ella no podía dejar que se esparzan rumores de ese tipo pues fácilmente podrían llegar hasta la familia de la pequeña chica de cabello negro.
De repente, para la mala suerte de Irene, una persona entra desesperada a el salón donde se encontraba ella. -Hola, perdón la interrupción lo que pasa es que mi ex estaba con sus amigos y no quería que me vea por que eso seria realmente humillante- La chica rubia extendió su mano hacia Irene- Soy Alissa, ¿y tu?
Irene quedo sorprendida por la entrada de esa chica pero lentamente también extendió su mano estrechándola con la mano de la chica rara que acaba de entrar por la puerta.-Soy Irene.
-Oh si, ya sé quien eres la verdad es que no sé por que te... Iugh ¿Miras dibujitos sangrientos?- Dijo la rubia asqueada.
En ese momento Irene se percató de la situación y fue a buscar su teléfono móvil con rapidez- No, esto es un virus que se metió hace unos días.
-Mmm ¿Que cosas andará viendo usted representante?-Preguntó Alissa con una sonrisa juguetona en su cara.
La verdad es que Irene no era una persona que se ponía nerviosa fácilmente y las situaciones nunca se le iban de las manos pero claramente hoy no era el día donde esos requisitos se cumplían. La cara de Irene era una mezcla entre sorpresa y vergüenza. Sin embargo lo único que hizo fue callarse y seguir con lo que estaba haciendo anteriormente. Solo quedaba una hora para terminar todo pues ella tenia otras actividades que completar.
-¿Qué estas haciendo? ¿Puedo ver? Oh tiene una bonita letra- La rubia sostenía algunos papeles en su mano leyendo todo lo escrito.
-No deberías estar aquí.
-Lo sé- Suspiro la rubia incomoda mientras Irene se preguntaba ¿Por que estaba aquí entonces?- Lo que paso es que hoy unas chicas estaban molestándome y me tiraron jugo en el uniforme entonces me encerré en el baño esperando que todos se fueran porque me daba vergüenza estar así, pero cuando quise ir a mi casillero a buscar mis cosas para irme a casa me encontré con mi ex. Enton...-
-No te pedí que me contaras tu vida pero bueno, solamente te diré que no debes estar aquí-
Alissa estaba disgustada, siempre había escuchado a los demás decir que Irene era como una princesa, en todos los aspectos y se destacaba por ser una persona muy alegre y simpática. Pero claramente Alissa no pensaba lo mismo de ella-Tal vez no es su día- Pensó la rubia mientras miraba el suelo.
Irene no trataba a Alissa de usted, lo cual era raro pero entendible ya que la chica de pelo negro jamas esperaba encontrarse son la rubia.
Alissa al ver como la ignoraba decidió irse pero al caminar hacia atrás su torpeza hizo que cayera al suelo. Sin embargo unas pequeñas manos hicieron que ella no cayera por completo, Irene había sostenido su brazo por lo cual Alissa se sentía agradecida pero al mismo tiempo se sentía completamente avergonzada y notó como el calor subía a todo su rostro.
Irene jaló a Alissa haciendo que esta ultima quede de pie. Alissa era un poco mas alta que Irene pero había muy poca diferencia. Irene no dijo nada pero por alguna razón que ella desconocía no soltó el brazo de la rubia, a pesar de que no le cayera bien no la iba a dejar caer. Alissa por el otro lado no entendía porque la había ayudado pero sabia que su torpeza siempre la llevaba a situaciones completamente inesperadas.
Sus miradas se conectaron, las dos miraban a un punto fijo. En ese momento Alissa entendió que Irene era una verdadera princesa, como esas de las que hablan en los cuentos. Irene era una exagerada belleza humana, sus rasgos completamente perfectos, era una perfección natural.
Si yo fuera un príncipe claramente arriesgaría mi vida por solo un beso de esa princesa.
-¿Sabes? Yo soy mas de las telenovelas románticas.