Tu partida

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-Te Amo – me susurró al oído por última vez antes de subir al camión de reclutamiento. Mis ojos no paraban de llorar y mis manos no soltaban las suyas
-No me dejes sola – le dije mirándolo a los ojos en voz baja - ¿y si te pierdo?
-No lo harás bebé – me acarició la mejilla – nuestras vidas se encontrarán en otro momento
-Te Amo más – lo abracé y lo dejé ir.

Cinco meses han pasado desde esa tarde fría de otoño y no he recibido ni una sola carta de mi prometido ¿Porqué se tuvo que ir?

-Melissa, despierta – mi madre me llamaba desde la puerta de la habitación – hay unos militares afuera de casa
Mis ojos se abrieron al instante y mi corazón se aceleró.
-¿Qué fue lo que me dijiste?
-Lo que acabas de escuchar Melissa
Me levanté y cubrí mi cuerpo con una bata, calcé mis zapatos y bajé a la planta baja.
-¿Señorita Johnson? – me preguntó uno de los militares
-sí, soy yo… ¿qué ocurre? – La mirada de los hombres no me brindaban muy buenas noticias y me llevé las manos a la boca - ¿qué le ocurrió a Nicholas?
El hombre de mayor edad me entregó un sobre y su acompañante me entregó una bandera con el sombrero de mi prometido. Fue el momento cuando mi mundo se derrumbó…

Cuatro años después

-¿Estás lista? – su varonil voz me hablaba al oído
-Claro que estoy lista – reí y lo miré de reojo
-No… prohibido mirar – besó mi mejilla, tapó mis ojos y me guió por el pasillo de su hogar
-Alexander, nadie me sorprende ¿ok?
-¿eso crees? – Besó mi hombro
-sí eso creo, me conoces hace un año y lo deberías saber ¿no?
-entonces no creo que te guste esto – destapó mis ojos y me deslumbró la nueva decoración de su habitación…
-Alexander – le dije entrecortado. Rápidamente se puso en frente mío y me tomó de las manos
-Melissa Johnson – besó la palma de mis manos – ¿querrías vivir conmigo?
Sonreí sin entender el porqué, me volví a enamorar… Luego de prometer que nunca lo volvería a hacer
-Sí Alexander – sus ojos brillaban al contacto con los míos – sí quiero vivir contigo
Eso me recordó una noche de primavera, cuando Nicholas me había propuesto matrimonio

-Melissa Johnson – puso una rodilla en el piso y con la otra apoyaba su brazo
-Nicholas, no seas idiota – le dije nerviosa
-Entonces soy el idiota más idiota de todos – tomó mi mano y besó su torso – ahora déjame seguir
Asentí
-Melissa Johnson, ¿te quieres casar conmigo? – Dijo mientras introducía un precioso anillo de oro con un pequeño anillo rosado incrustado
-Sí Nicholas – me arrodillé para quedar a su altura – sí me quiero casar contigo

Mis ojos se inundaban de lágrimas y las imágenes volvían a mi presente
-¿Mel? – Me preguntó Alexander
Volví en sí y miraba desorientada a mi novio
-¿Qué ocurre princesa?

Princesa , yo era la princesa de un perfecto cuento de hadas que sus hojas se destruyeron con la guerra y al mismo tiempo me arrancaba lo más importante de mi vida
-No puedo más Alexander – comencé a llorar en su hombro. Sentía una furia en mi interior, se suponía que había olvidado a Nicholas por completo, pero su recuerdo en mi subconsciente no se quería ir…

Llevo viviendo con mi novio hace dos meses y nuestra convivencia es natural, no es de itinerario y tampoco es alocado, aunque sé que algo falta, no es a él… es a mí a la que le falta algo y es Nicholas. Han sido largas noches llorando y susurrando su nombre en sueños, esto ha provocado algunas discusiones con mi novio, pero siempre los resolvemos… pero no es lo mismo. Mi corazón tiene ese vacío que Alexander no ha sabido llenar, pero él ha dado lo mejor de él, yo se lo agradezco…

-¿Qué pasa ahora Melissa? – me dijo con sueño Alexander
-Perdóname – le dije entre llantos
Mi novio suspiró y me abrazó, besando mi frente
-Entiendo que empezar algo más serio otra vez es difícil para ti – me miraba fijamente a los ojos – pero han pasado cuatro años Melissa, entiende que él no está y me duele cuando te escucho en las noches susurrar su nombre
-Tú no entiendes…
-Si lo hago e intento ser compasivo contigo, pero esto ya se ha pasado
-¿Vas a terminar conmigo? – le dije en un susurro
-No lo haré, pero no me hagas llegar a esa decisión
-No lo harás – le di un beso corto en los labios – ahora duerme, me haré algo para tomar y vuelvo
Y así lo hice, fui a la cocina y me preparé un café… su bebida preferida cuando no quería dormir porque yo me enfermaba

-¿Qué haces? – le pregunté con voz inentendible
-Amor vete a dormir – mi novio me tomaba de la cintura y me llevaba a la cama – tus padres llegaran pronto y no quiero un reto de su parte por no cuidarte
-Pero Nicholas – lo miré
-Nada de pero Nicholas, me haré un café y voy a verte
No le reprimí más, me encantaba cuando me cuidaba… siempre se sentaba en el piano que estaba en mi habitación, me tocaba dulces y tiernas melodías hasta que me quedaba dormida y se quedaba hasta la mañana siguiente

Paranoid | Nick Jonas | a.u.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora