La discusión...

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Ahora estaba en un mar de lágrimas incontrolable, me había traicionado a mi misma; después de haberme desahogado o, bueno de haber revelado mi ira y desconsuelo, había corrido a un lugar seguro, mi habitación, donde siempre acudía en una situación demasiado bochornosa o irritable, confundida por la situación, empecé a meditar en la soledad inconsolable de esta.

Recordaba...

Aquel día en el que Aaron, mi hermano, corría a mi lado en la casa de nuestros abuelos, corríamos haciendo una imitación barata de una serie muy popular de la época, y mis padres reían al ver dos rostros como pequeñas manzanas rojas, muy regordetas, persiguiendonce de un lado a otro; hasta que yo di un pequeño brinquito emitiendo un ruido sordo, mis padres se acercaron y vieron que había un pequeño ratón blanco muerto, en el suelo; ellos limpiaron, pero Aaron, mi hermano, se acerco y me dijo:

- Me sorprende, que no hayas empezado a llorar... todas las niñas siempre son unas lloronas... y más si se trata de animalejos muertos.

Para muchos puede sonar como un comentario machista, pero sólo teníamos no más de 7 años, no era algo que alcanzaramos a dimensionar
a tal edad, pero para mi era como un cumplido ya que yo siempre había soñado con no ser convencional, y eso concordaba con aquel comentario, yo no era igual, y él, lo entendía...

-¿ Que ha pasado, Cici?. Acabo de ver a mama, muy rara.

Recordaba... hasta que él, el Aaron del presente, me despertó de mi ensoñación. Ni siquiera me había dado cuenta de cuando había entrado en la habitación.

   . . . . . .

      
Cuando la vi, estaba ruborizada, pero no de ese rubor que solía tener a diario porque el frío quemaba sus mejillas dejándolas con un rubor un poco fuerte, este era porque estaba llorando; llorando en el silencio, con la mirada perdida. Hasta que yo decidí preguntar, para romper el silencio

- ¿Que ha pasado, Cici?. Acabo de ver a mamá muy rara.

Cici. Era un sobrenombre que solo yo tenía el derecho a usar, ¿Por que?, sencillo, yo se lo había dado. Y solo lo utilizaba en situaciones que lo ameritaban, como esta; al llegar mamá estaba en la cocina, reposando en la barra junto a unas bolsas de mercado, al parecer acababa de llegar no hacía mucho y estaba muy alterada; ni siquiera se fijo en mi, y lo normal era que me diera el típico abrazo de siempre, así que subí a buscar a Lucie. Cuando le pregunte por mamá, parecía que acabase de despertar de un profundo sueño, estaba confundida.

- He... ¿Que acabas de decir, Aaron?
- Te pregunté por mama. ¿Por que esta tan rara?.
- A eso, claro... emmm... lo mismo de siempre, es solo que no puedo aceptar que siempre este preocupándose por mis emociones....

Ya se había secado las lágrimas, pero hacia un momento estaba llorando, y eso no era normal.

- Ronnie, se que puede sonar tonta pero.... mejor te cuento que pasó y luego si puedes opinar. Vale?

- Vale.

- Pero no podrás hablar de esto con nadie, ni siquiera con papa.

- Esta bien. Cuéntame.
(y en su redondo y rojizo rostro se asomó una pequeña sonrisa).

. . . .

Ya me sentía harta... harta de fingirlo todo. ¡Todo!. Y ella lo sabía, o parecía sospechar... según lo ocurrido en el supermercado; mi hija, o supuesta hija, había hecho severendo  escándalo en el super, ¿Por qué?, pues por que a cualquier muestra de afecto, ella huía; huía y sin lugar a dudas ese comportamiento tenía un por que...

Y yo lo encontraría...

Estábamos haciendo las compras, porque ya faltaban suficientes cosas, como para ya ir a comprar lo necesario, así que dentro del super había una repostería, y Lucia ya  se había fijado en ello, cada que pasábamos por sus alrededores ella dirigía su mirada a un postre en particular.

— Lucie...

(pase una mano por delante de su rostro para despertarla de su ensoñación, al parecer miraba hacia arriba,  hacia el techo, o lo que ella consideraba techo... dirigió su mirada hacia mi, cuando por fin despertó)

— ¿Decías? (Murmuró entre dientes)
—  Preguntaba si querías un postre, tal vez?...
— No, gracias. Tengo mi dinero de mesada y no lo quiero gastar en eso.

(Respondió sin darle importancia ni mirarme a los  ojos; estaba apoyada en el carrito, un poco jorobada y con el rostro gacho)

— Mira cariño...(dije con cansancio,
Aunque sin alcanzar a terminar la frase).
— CARIÑO!!?... Yo cariño....tuyo?...¿QUE TE PASA?

(Podría haber llegado a ser divertido en otra situación, conociendo a Lucía, para ella no era divertido y para mi tampoco lo era, por que esto iba mucho más allá).

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⏰ Última actualización: Nov 04, 2018 ⏰

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