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"¿Seguro que no quieres que te lleve mañana en el auto?" Murmuró Hye en mi cuello.

"Muy seguro; mañana será un día agitado para ambos" Me removí en la cama buscando el calor de su cuerpo; ella no demoró en pegarse a  mi pecho.

"Si, todo sale bien este mes, me iré a Japón".  Levanté la vista buscando su mirada, sus ojos me miraron con un poco de pena, sabía que ella tenía un cargo importante y eso hacia que estuviese muy inmersa en la empresa, al punto en que podían pasar hasta 2 meses sin vernos. Me estiré un poco dándole un corto beso en los labios.

"Lo sé, no te preocupes mi vida, yo sé lo importante que es para ti toda tu empresa". Le brindé una sonrisa un poco decaida, sinceramente está no era la vida de casados que esperaba, pero Hye era una gran esposa y siempre hacia lo posible para estar tiempo conmigo, y lo apreciaba mucho. “Será mejor que descansemos"

“Descansa mi amor, te prometo que te recompensaré todo el tiempo”.

...

Caí tan rendido en el sueño que no me di cuenta en cuando amaneció y ya Hye no se encontraba a mi lado. Me senté en la cama mirando a un lado la hora. Mierda y más mierda, se me iba a hacer tarde para mi cita con el decano.

Hoy iré a la Universidad central de Busan, a buscar a mi horario de mañana; gracias a un gran amigo de la facultad había podido conseguir el puesto de profesor en la facultad de leyes, gracias al cielo y Namjoom con su influencia pude conseguir el puesto. Aunque había ejercido por algunos 3 años luego de graduarme, estar en las oficinas o juzgados no era tan lo mío, me gustaba mucho enseñar, pero gracias a esa experiencia y educación continua que había tenido pude cumplir los requisitos para el trabajo; y aunque la cátedra que daría sería a estudiantes de primer año en temas de introducción al derecho yo me sentida afortunada, conociendo la calidad de docentes de esa facultad.

Me arreglé a la carrera para no quedar como un impuntual a primera impresión. Y cuando agarraba las llaves y miré mi llavero buscando el control del carro recordé que estaba en taller y quise darme una patada al olvidarlo, arrepintiendome de no dejar que Hye me llevara. Estiré la mano parando un taxi.

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"NamJoom realmente fue muy insistente en qué le ayudara, espero que pueda destacar y mostrarme que no me equivoqué al incluirlo cómo docente. Aquí dice que estuvo trabajando en el despacho del Centro, es un puesto muy bueno, no todos tienen la oportunidad de llegar ahí, por qué lo dejó?" El hombre bajito frente a mi sonrió mostrando una amplia sonrisa.

"De verdad le agradezco mucho, igual como ha visto en mi CV he mantenido formación continua, esta es enfocada en docencia más que todo y temas teóricos respecto al Derecho, mi carrera no está encaminada al litigio o oficina, más bien a la enseñanza". Traté en lo posible mostrarme impoluta y ser elocuente.

"Bueno, bienvenido. Esperamos cuidar bien de ti, si gusta puede dar un recorrido por el instituto, aprovechando que el día de hoy no están esos niños. Nos vemos mañana Señor Jeon" Sonrió poniéndose de pie e hizo un reverencia.

"Le tomaré la invitación, muchas gracias. Bueno, hasta mañana" reverencié y me dispuse salir.

Lo corredores estaban repletos de casilleros grises. Suspiré y recordé cuando conocí a Hye, casualmente fue en los casilleros de nuestra escuela en Seúl. Miré el horario en mis manos y me dediqué a buscar el salón que se me había asignado.

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"¿Qué tan es la universidad?" Preguntó la rubia sentándose en una silla del comedor

"Es muy grande". Respondí colocando un bolw de arroz en la mesa. "Podría darte clases privadas" Dije en un tono coqueto a lo que recibí una risita

"Me siento celosa de tener que compártirte con esos mocosos". Últimamente Hye era un poco más atenta y eso para mí era reconfortante.

Apreté sus cachetes. " Bueno, primero, no son mocoso son jóvenes y segundo, no deberías sentirte celosa". La senté sobre mis piernas. "Ya te dije que yo puedo ser tu maestra cuando quieras".

Pasó las manos por su cuello para subirlas a mi cabello; Hye sonrió, logré ver como lujuria florecia en sus ojos. Sus manos se apoderaron de mi rostro atrayéndome a ella en un beso pasional. Sus labios abandonaron los míos para dirigirse a mi mandíbula y bajar hasta el cuello. Mi cuerpo reaccionó enviando corrientes. La tomé de la mandíbula buscando nuevamente sus labios, lo atraje a mi. Un gruñido salió de sus labios al sentir sus teléfono vibrar con insistencia

"Hye" La alejé "Contesta, tal vez sea importante"

Ella lo saca con el ceño fruncido. Mi vista no se alejó, le vi en cada movimiento y como su ceño era reemplazado con una gran sonrisa. Se alejó haciendo un ademán de que le diera un momento. Me recosté en el asiento y me dispuse a servirnos la comida.

Me considero una persona un poco celosa, aunque me abstengo de mostrar esa imagen; Hye era un empresaria con una empresa creciendo cada vez más, es obvio que va a estar recibiendo llamadas, pero esa sonrisa hizo que una parte de mi sintiera disgusto. Me senté en la mesa y esperé a que regresará de su imprudente llamada.

"Lo siento" murmuró iniciándose, besó mis labios y se sentó para empezar a comer, y supe que ya no pasaría más nada. Se nos bajó en calentón.

Quise preguntar de quién se trataba, pero preferí morderme la lengua y mantener el ambiente calmado

...

"Suerte en tú primer día mi profesor" . Sonreí y arranqué la nota de la nevera; Hye salió al trabajo más temprano de lo usual, tal vez debí decirle que si, que me llevara cuando me lo preguntó anoche.

No es que sea de esas personas que todo lo quieren perfecto, pero hoy trataría de que todo salga lo mejor posible. Miré mi horario avanzando entre los solitarios pasillos; los profesores llegábamos más temprano para ir preparando las clases. Al ingresar ví un estudiante en el salón, estaba solo el, lo que es raro; lo mire un momento antes de voltear al ver cómo levantó la cabeza, me miró fijamente y realmente me sentí intimidado, ¿qué hace un estudiante tan temprano en el colegio? Aparté la vista del escritorio y lo volví a ver de reojo. Por un momento había olvidado que yo era el profesor y me podría ver mal educado si no saludaba, aunque la arrogancia y altivismos eran usuales en los profesores de la facultad de leyes; sin embargo, yo no quería dar esa imagen.

Hola, mucho gusto”. Sonreí acercándome, sin embargo el levantó la vista para mirarme la cara y colocó una sonrisa sarcástica.

“Quieres follar o que?”. Sus ojos me miraron con diversión a lo que le miré con incredulidad. ¿Que mierda?

“No, soy tu profesor” el rostro del muchacho se desencajó y me miró con los ojos sorprendidos.

“Mierda, lo siento, creí que era un alumno”. Rascó su cabeza. Se colocó de pie e hizo un reverencia murmurando que lo sentía.

“No te preocupes, cuida más tu boca si quieres de verdad sobrevivir como abogado”.

𝙰𝚕𝚞𝚖𝚗𝚘 학생 𝕶𝖔𝖔𝖐𝖒𝖎𝖓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora