Físicamente él era todo lo una mujer desea. Con su metro noventa y tantos de altura no le era difícil imponerse sobre los demás, sus músculos bien definidos y trabajados hacían que los hombres temieran y las mujeres banearan, y ni hablar de los tatuajes que cubrían gran parte de su piel. Sus ojos, aquellos que solo pude contemplar una vez de cerca, eran de color verde azulado, brillantes, muy hermosos y sin duda envidiables, pero poseían una frialdad única. El piercing en su nariz completada, junto a sus actitudes, el prototipo de chico malo con el que imponía respeto por parte de los demás hacia su persona.
Su personalidad era un completo enigma. Había gente que decía que era un atrevido, de mal carácter y mala persona, de esos que no aman a nadie y que si tienen una oportunidad de cagarte la vida lo hacen sin remordimiento. Otros decían que su seriedad y aislamiento, además de las actividades peligrosas que realizaba, se debían a un pasado oscuro que no lo dejaba en paz. De romances pasajeros supimos la mayoría, era deseado y codiciado por todas las mujeres que lo veían, grandes y chicas, no tenía un límite de edad. Pero de relaciones serias nadie supo nunca nada, quizá lo tuvo bien oculto o quizá su corazón en serio es de hielo y no siente nada por nadie ni nada.
Así era él, o al menos como decían que era, Ryder Hawk.

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RYDER HAWK.
RandomFísicamente éramos completamente diferentes, en cuanto a personalidad y forma de ser también. O eso es lo que tanto nos esforzabamos por creer. Al final no siempre resulta que los polos opuestos son los que se atraen.