TEMPEST
Hacía décadas que nuestro mundo no era el mismo. Sin embargo, a pesar de todos los cambios que hemos sufrido con el tiempo, nada se comparaba con tener una nueva especie, completamente desconocida, entre nosotros. Ellos cayeron en una nave gigante, probablemente del tamaño de una gran fábrica, y quisieron vivir en nuestros suelos como si ellos fueran parte de nuestra sociedad.
El líder de ese momento, rechazó vivir entre personas con extrañas características físicas que provenían de otro planeta, según su líder, llamado Maximia. No obstante, su aspecto físico no era lo que más había sorprendido.
El asombro de las generaciones pasadas, había sido a causa de las habilidades sobrehumanas que esta gente poseía. Actualmente, se desconocen, ya que nadie quiere que entremos en pánico por las cosas horrorosas que ellos pueden hacer.
Los Maxinianos, como el líder los había apodado, fueron tomados como esclavos y apresados en celdas hasta saber qué hacer con ellos. Luego de meses y meses de mantenerlos allí, muchos escaparon. Esa generación habían subestimado las habilidades de la gentuza.
Se decidió hacer bases fuera de la ciudad, donde ellos pudieran convivir fuera de nuestra vista y alcance, aunque no completamente. Crearon un sistema que ha prevalecido hasta la actualidad.
En una de las bases, los adultos conviven. En una segunda base, obtienen medicación en contra de su esencia sobrehumana. En una tercera, la última y más grande, hay múltiples personas criando a los bebés y enseñándoles, a medida que crecen, sobre nuestra forma de vida e historia.
A los catorce, se preparan para la Selección. A los quince, esa ceremonia se lleva a cabo, en donde familias acuden al Centro 10 de esa base, para elegir un Maxiniano y tomarlo como guardián y ayudante, y, una vez elegidos, deben seguir tres reglas indispensables:
-No conversar con nadie más que no sea la Familia.
-Cumplir con todas las órdenes de la Familia.
-Cubrir sus rostros en presencia de otras personas que no sean la Familia, a menos que haya un guardia y se los permita.
Toda la gente de Maximia ha estado en control desde entonces. Las mujeres del planeta mencionado, tenían a sus bebés —quienes concebían cuatro bebés mínimo y seis máximo por embarazo— y luego lloraban por meses hasta recuperarse, pero nunca han intentado cambiar el sistema. Los hombres, ya no tienen relaciones sexuales con las mujeres, lo tienen prohibido, la única manera de procrear es donando esperma, sin embargo, tampoco han intentado cambiar el sistema. Nadie nunca lo ha hecho.
Excepto ella.
Ella quiere revolucionar nuestra sociedad. Ella quiere eliminar nuestros parámetros, nuestros patrones, nuestra gente. Y tiene la posibilidad de hacerlo, porque ella es una Tempestad. Me maldigo por haber caído en sus redes.
Cuando la conocí, pensé que era otra Maxiniana inocente a la que se le había caído la máscara. Literalmente. La gente de Maximia no puede andar por las calles de nuestras ciudades mostrando sus rostros. El Alcalde Wilde, mi padre, cree que si vaguean por la calle a cara descubierta, pueden reconocer a sus hermanos, y eso es algo que nadie quiere.
Por supuesto, nadie contaba con que tuvieran gente del gobierno de su lado.
Todos los meses, la gente de Maximia recibe una inyección en la segunda base. La sustancia de la misma, funciona como una barrera entre su humanidad y sus poderes, resultando imposible que tengan acceso a sus habilidades. Eso ha sido siempre así, hasta que nosotros, los humanos, fuimos traicionados por uno de los nuestros.
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Tempest
Science FictionGregory Wilde ha cometido el peor error de su vida al creer que una mujer de otro planeta sería completamente inofensiva. Ella es toda una Tempestad. Desafío Superhéroes. [registrada en safe creative © bajo el código: 1803015923062]