-¿Y ahora qué hice?- preguntó él.
- Lo que hagas no importa. Al final del día, sin darte cuenta, siempre terminas rompiéndome el corazón.
-¿Por qué nos afecta tanto darnos cuenta de algo que en el fondo ya sabíamos?
"Porque de igual manera, en el fondo, teníamos la esperanza de que fuera mentira."
-Tampoco puedes quejarte Anabeth- me dijo en tono acusador - te enamoraste del hombre más difícil que he conocido.
¿Lo peor de todo lo que estaba pasando? Era que tenía razón.