.♡ You ♡.

🌸Candies.

Ya eran las veinte con dieciséis minutos para cuando Michael y Joseph salían de casa de Christian.

No terminaron el proyecto pero avanzaron un gran tramo. Lo bueno era que tenían una semana para entregar.

Michael se dió cuenta que Christian era un idiota, más de lo que era en la escuela.

Christian era jodidamente rico, y sólo por eso, creía que podía tratar a la gente como quisiese, humillando a los sirvientes y a Joseph.

Cuando Christian decía algo de Joseph, éste terminaba con los ojos acuosos y disculpándose para ir al baño.

*FlashBack

Ya era la tercer vez que Joseph se levantaba con los ojos llorosos. Cuando ya estaba lo suficientemente lejos, Michael decidió hablar con Christian.

—¿Por qué lo haces? — preguntó.

—¿Hacer qué? —

—¿Por qué haces sufrir tanto a Joseph? —

Desvío la mirada.

—Diversión. — y puso una sonrisa falsa.

En ese momento Joseph llegó del baño. Y decidió no decir más.

*Fin del FlashBack*

Durante el camino de vuelta, Joseph y Michael iban tomados de la mano.

Joseph era un hermoso jitomatito a ojos del más alto. Y fue más hermoso cuando su estómago emitió un sonido parecido a un rugido que indicaba tenía hambre.

Joseph se puso más rojo que nunca.

—¿Quieres ir a comer algo, Jos? Yo invito. —

—N-no, gra-gracias. —

—Uhm... Entonces, ¿quieres helado, frutas, un café, pastel, dulces? —

Cuando Michael mencionó "dulces" la cara pecosa brilló.

—Entonces dulces, ¿no? —

Joseph asintió efusivamente.

Fueron a la dulcería más cercana y compraron lo necesario.

Cuando Joseph iba a abrir la bolsa de dulces, Michael se la quitó. Lo tomó de la mano y lo llevó corriendo a un parque cerca.

Michael se sentó y entre sus piernas sentó al tierno chico que lo acompañaba.

—Bueno, creo que esto es raro...pero... Me gustaría darte los dulces en la boca. —

Joseph explotó en risas, después se giró e hizo que Michael juntara sus piernas y se sentó en su regazo. Posteriormente abrió la boca en espera de un dulce.

Michael se quedó sorprendido pero rápidamente abrió la bolsa, tomó una gomita y la dejó en la lengua de Joseph.

El más bajo cerró la boca y le sonrió a Michael.

Las gomitas eran sus dulces preferidos.