- capítulo uno.

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- Creo que lo más bonito que he tenido en mi vida ha sido Jungkook, ¿no crees? Él fue la única persona que fue realmente importante en mi vida, él me marcó -comenté viendo una foto de mi ex novio.

- Puede ser, cuando eráis novios no parabas de hablar de él con una estúpida sonrisa en la cara -dijo Yoongi desde el sillón mirándome sin ningún interés.

- Me dejó con toda la mierda que no quería llevarse. Incluyendo nuestros más bonitos momentos, claro. Para él eso era una mierda. Quizás para mí en ese momento también lo fue, pero para mí ahora eso mi más hermosa cicatriz -finalicé sentándome enfrente de mi mejor amigo.

- Sueltas demasiadas cursilerías, ¿puedes darme ya algo de comer? Me tienes aquí escuchando tus lamentos mientras mi estomago se retuerce y grita pidiendo algo comestible -dijo el de tez pálida.

- Puto gordo, lo único que piensas es en comer. Levanta tu culo arrugado y ve a comprar algún alimento barato -respondí dulcemente.

- Que te jodan, ya vengo -dijo para después darme un abrazo de machos e irse a la guerra.


 ✹✹✺✹✹


- Yoongi, ¿podrías acelerar un poco más tu paso de abuela obesa de 98 años y subirte a la jodida moto? Te lo agradecería bastante -comenté tirando mi cigarro al suelo.

- Cuidado, quizás tumbo la moto con mis 200 kilos -respondió subiéndose en la moto, para que después no riésemos y arrancara rumbo a la universidad.


✹✹✺✹✹


Al llegar, ambos nos fuimos a nuestras respectivas clases sin despedirnos. ¿Para qué despedirse si nos volveremos a ver?

Yoongi es mi mejor amigo, uno de los que cuesta encontrar. Él era un alfiler en el mar, y yo encontré ese alfiler.

No somos amigos de la infancia, nos conocimos hace tres años, en segundo año de universidad. 

Nah, mentira, nos conocimos en un chino.

A veces conoces a las mejores personas en situaciones demasiado corrientes o estúpidas.

A Jungkook lo conocí en el instituto. Cuando éramos unos adolescentes de quince y catorce años.

Era un amor tan puro e inocente, sin una pizca de maldad, solo dulzura y felicidad. 

Ambos nos queríamos superar, ambos queríamos ser grandes. Juntos. Juntos queríamos crecer hasta la vejez, hasta que nos salgan canas.

Lamentablemente, nada sucede como quiero. Porque yo era el único que quería eso.

Una vez entré a mi clase correspondiente miré a Jungkook. Él, obviamente, no me correspondió la mirada. Pues claro que no, ¿por qué lo haría? El día que cortamos se olvidó de mi existencia. 

A mí su nombre todavía me produce cosquilleos en el estomago, todavía me quema la piel al recordar sus caricias, quizás todavía me acuerde de sus te quiero, de sus promesas y mejores momentos juntos. Quizás todavía me acuerde de todo, quizás la película se ha grabado en mi mente y no tenga botón de pausa o de borrar. La película únicamente avanza sin retroceder o pausarse.

Me senté en el primer sitio que pillé libre y saqué mis libros para luego meterme un chicle en la boca.

Jungkook odia el olor a tabaco, lo detesta. 

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⏰ Última actualización: Oct 27, 2018 ⏰

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