Primera parte

4.2K 453 245
                                    

"¡Park ChanYeol!"

ChanYeol sabía, desde ese punto, que su vida había terminado al reconocer la voz irritada, aguda y enfurecida de su esposo desde lo que podría ser el segundo piso de su casa.

Pero, bueno, todos los días sentía que su vida estaba jodida. No lo decía con mala intención, era sólo que lidiar con la fiera que era BaekHyun cuando algo no se hacía como quería o alguien le desobedecía...

"Papá está en problemas, papá está en problemas," cantó su hijo, desde la posición en la que se hallaba cargado en brazos del mismo ChanYeol, sacando esa nefasta costumbre que tenía de añadirle un poco de más molestia a su ya de por sí jodida situación.

"JongDae, cierra la boca, sea lo que sea que haya sucedido, estoy seguro podré hundirte conmigo, así que más te vale obedecerme."

El niño lo hizo, cerrando la boca al meterse otra de las galletas que su padre le habría hecho favor de bajar del alto escondite que BaekHyun había establecido en la casa. En realidad, sólo a los niños y a BaekHyun podría parecerles un escondite muy fuera del alcance, considerando su estatura, ya que para ChanYeol era todo lo contrario y a base de no resistirse el satisfacer algún capricho de alguno de sus niños por culpa de un tierno pucherito o un interés propio de recibir algo más de postre, digamos que no era un escondite tan difícil de dejar de ser "secreto".

ChanYeol no se movió del lugar de la cocina donde estaba ni soltó a JongDae de sus brazos considerando que eran puntos a favor para evitar ser golpeado por BaekHyun en cuanto la guerra se armara. Y digamos que JongDae no decía nada a favor de ningún lado entre sus padres.

"¿Sí, cariño?" se atrevió a responder, con dulzura, intentando reducir la ira de la bestia, pero vaya que equivocado estaba ante las cosas.

La verdad no supo cómo pasó, de suponer que BaekHyun estuviera en el segundo piso, hasta aparecer del otro lado del desayunador, con KyungSoo en sus brazos, entretenido al jugar con una tenaza para alaciar el cabello, teniendo el cable enrollado no muy forzosamente en el cuello de su padre y callado ante el uso de su chupón constante.

Al menos había separación entre ellos y otro niño de por medio para evitar que ChanYeol fuera arremetido agresivamente por su esposo en cuanto supiera qué había hecho ahora para recibir tal llamado.

Y sonrió, de la manera más inocente, hasta que BaekHyun dejó caer una libreta abierta en el desayunador de una manera estruendosa.

"¿Qué demonios significa esto, Park ChanYeol? Y no me digas que no es nada ni tenías idea de ello, porque está ahí tu maldita firma como el padre responsable de todo esto."

"¿De qué estás hablando, Baek?"

"¡Míralo por ti mismo! Y entonces tú explícamelo cuando puedas," le instó, volviendo a empujar la libreta, dejando que ChanYeol de manera curiosa se acercara.

BaekHyun debió haber recibido tal producto de su enojo cuando apenas estaba alistándose para salir al trabajo, porque mientras ChanYeol todavía tenía tiempo para disfrutar de cierta convivencia con sus hijos al hacer el desayuno por la mañana–robando galletas del escondite ya-no-tan-secreto–, y paseándose en pijama hasta que la hora de sus clases se acercara, su esposo debía salir en punto de las nueve de la mañana, habiéndose bañado, vestido, peinado y maquillado para llegar a tiempo a su trabajo como oficinista, más que nada siendo en realidad un secretario para los verdaderos oficinistas.

Por la pinta que tenía–de hallarse con una camisa sin completamente estar abrochada, desfajada, su cabello ligeramente esponjado de un lado y recto del otro, con un solo ojo delineado–, definitivamente le decía que el enojo había llegado en el peor momento de la mañana.

Five Children and Counting [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora