¿alguna vez sentiste que después de todo aquello que pasaste, todo lo que te había hecho bajar tus brazos y que tu sonrisa fuese reemplazada por lágrimas, se borrara para que una alegría total invadiera tu alma?
nunca creí que esto me tocara justamente a mí, una persona que no merece nada de nadie, y que lo único que deseaba era un solo día soleado en su eterna tormenta.
¿las personas tienen este impacto tan fuerte en uno?
no lo sé, solo puedo asegurar que nunca antes me había sentido tan amarilla. mi vida había hecho un giro de 180°, ¿pero por qué hablo de esto como si a alguien le importara lo que a mí me pasaba?
esto no se trata de mí, sino de aquella persona que significó tanto para mí pero que lastimé sin ser esta mi intención.
yo no soy la protagonista de mi propia historia, ¿irónico, no?
te preguntarás entonces, ¿qué hice? ¿por qué lo hice? créeme, yo también me lo estoy preguntando y no encuentro una respuesta a eso aún.
no me arrepiento de mi decisión, pero algo en mi interior me dice que no hice bien las cosas, que todo debió haber tenido un rumbo diferente si yo hubiese dicho todo aquello que me guardé. fui demasiado idiota y claro está que una cobarde.
escribo esto, donde relato todo lo que quise decirte, pero que en su momento, no me atreví a hacerlo. sé que nunca vas a leerlo, y está bien así, pues ya me odias y no quiero que tu odio por mí se vuelva incluso mayor. solamente permíteme desahogarme y soltar todo esto que cada día me lastima.
y comenzaré con estas simples palabras: perdóname, por ser una completa imbécil. aunque no lo merezco.
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escribí esto en un intento para desahogarme.
puedes ignorarlo si eso quieres, aunque sería importante para mí que supieras como me sentía, o me siento, respecto a esto.