Prólogo

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Solo son palabras vacías, llantos ocultos en palabras, pensé, ya sé irán. Mientras que el tiempo pasa voy a más, a más desastre y caos, más decepciones, menos yo, más pasado. Me describo por cambios, soy cambio. Y nunca llegarás a conocerme en la totalidad, en la intimidad más profunda; porque querido amigo, ni tu supiste calentar mis mano cuando sentía frío, ni tú hiciste que saliera el sol en eso amaneceres tempranos.

Tal vez, nadie lea estas palabras venidas de una loca dolida. Y sólo, tal vez, nadie entienda lo que siento, porque, tal vez, vivo en otro mundo donde perder algo es tan doloroso como la muerte. Donde dejar de amar me convirtió en lo que soy ahora, una paseante sombría, una flor marchita, una despedida sin llegada. Me quedo sin aliento, lo siento, no puedo respirar más porque el aire se me torna con olor a ti, a recuerdos. A veces preferí la compañía de otros, lo confieso, no supe valorar lo que teníamos, no supe valorar te. Y te lo digo desde la más oscura de mis verdades, lo siento, lo siento, lo siento... Tal vez, tal vez nadie entienda lo que siento, y soló, tal vez... la vida me perdone y me deje levantar cabeza. Abandonar mi yo, mi locura, tus brazos, tus besos...

Me prepararon para ser útil, para ser productora, ser persona de bien, ser alguien que sigue las normas. Con que facilidad abandoné mi cargo por querer algo irreal, algo tan mío como tuyo, con que facilidad me abandoné y me abandono a palabras vacías, a sentimientos rotos. Ojalá no querer tener aquello que nos hace daño. Ojalá que el cambio sea definitivo, que nazca de nuevo una flor, esculpida por el viento, crecida del agua, forjada del suelo, parecida al fuego.

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