Como debes sentirte cuando descubres a tu novia y futura prometida, en las piernas de tu propio padre en su despacho mientras toda la familia se encuentra reunida en el salón.
Pues así me siento yo.
Hoy era el día en el que había decidido pedir en matrimonio a Vanesa, mi novia desde hace 3 años. La conocí cuando estaba en 3 en la universidad yo estudiaba administración de empresas y ella acaba de llegar de una universidad de Estados Unidos para estudiar su 2 año de diseño.
En aquel momento no estaba muy interesado en tener una relación, pero ella era muy incitente y acabamos saliendo.
No es que fuera la mejor novia, era un poco superficial y poco detallista pero en la cama teníamos química. A mi entorno no les caía muy bien, pero respetaban mi desicion aunque los más críticos eran mi hermano...
-No te das cuenta como habla con los chicos.
Y mi abuela...
-Will, ella no es para ti.
Eso era lo más común que me decían mi error: no escucharlos.
Ahora me arrepiento.
Pienso todo esto de camino al salón pero justo antes de entrar recuerdo la propuesta de mi abuelo:
-Will, me gustaría que fueras a Nueva York a encargarte del primer hotel que inaguraremos allí.
-No se abuelo, mi vida está aquí y estoy contento con mi puesto en este hotel - fue mi repuesta en ese momento, lógicamente ahora no se si fue lo más lógico.
Abro la puerta y ni si quiera me tomo la molestia de saludar estoy lo suficientemente encabronado como para no hacerlo.
-Abuelo, ¿sigue en pie la oferta?
-Will, se saluda cuando se entra - y esa señoras y señores es mi madre, Isabel Carrot, intentando dar educación a un hijo que no quiso y del cual no se hizo cargo.
Sin prestarle mucha atención mi mirada sigue puesta en mi abuelo.
-Claro Will pero,¿a que viene este cambio?
-Solo te diré que si tomo tu oferta y que me iré hoy mismo.
-Will, no puedes irte tan rápido -se acerca mi abuela preocupada.
Pero la desicion esta tomada me voy de Londres para olvidar, aunque eso nadie lo sabe.
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una segunda oportunidad
RomanceCuando crees que todo está perdido y nada te queda. Siempre hay una segunda oportunidad.