A Mitad de la Nada.

1.

Estamos rotos. Y creo que...no podemos cambiarlo.
Es decir, ayer cuando tu mente se deshizo de las tormentas nocturnas y los pensamientos divagantes, mostrabas tu sonrisa con libertad.

Ayer decidiste salir al bosque y cultivar las rosas del fruto perdido.
Ayer lucías feliz, completa. Y hoy, hoy no enciendes ni una vela, hoy se siente el primer respiro como el ultimo, hoy tus ojos lágrimean y tu sonrisa se oxida.

Hoy se vive deseando morir, se siente como agonía lo que ayer florecía.

No estamos bien, nuestros océanos se mueven deseando escapar.
No es predecible, saber cuando se caerá la ultima pieza de la porcelana, cuando se tirará de un silbido la pequeña casa de cartas que hemos construido.

Tenemos miedo, nos estamos consumiendo como el humo de un cigarrillo, como el bosque en fuego.

Se vuelve oscuro y frío, y ya no se como encender la pequeña fogata en mi corazón. Ya no se como encender las luces de nuevo.

Me estoy ahogando, el agua me llena hasta los latidos. Pero prometo, que mañana la marea bajará, prometo  no dejar que mis oídos se inunden...

...Solo si tu lo haces también.

Y aunque sea una promesa falsa, como el sentimiento de felicidad, nos mantendrá aquí por un tiempo.

Seguiremos perdidos entre la marea y los días de calma, nuestros cuerpos seguirán rotos y el agua se filtrara entre suspiros y gritos silenciosos de ayuda.

Arriba de la superficie el mundo esta lleno de basura y copos de fuego.

Estamos creando una tormenta debajo de el mundo, estamos sufriendo entre los ventanales cristalinos que nos  lloran.
Pero el mundo no tiene una respuesta, el mundo se manipula con toques fríos, secos, insípidos, y a nosotros nos queda un poco de ácido en los labios, todavía podemos conseguir esos toques dulces entre deseos.

Espero algún día encontrarte........

...en un segundo se detuvo, ahora dos cuerpos flotan y el tinto brillante se mezcla con el agua. La gente se siente enamorada, al ver dos rosas drenandose, tanta agua les hizo llenarse y mojarse como pisos de abril.

Se habían extrañado demasiado, , y los agujeros en el océano nacieron para beberlos.