Te esperare cada día afuera de mi ventana mientras el viento con sus estrellas me acompaña.
Haré crecer esas pequeñas flores que algún día quisiste poner.
Tomaré el té caliente, que a diario gustabas beber.
Iré a llorar mientras mis sollozos van a buscarte.
Me iré a la cama y cubriré entre las sabanas el olor de tus recuerdos.
Y por fin, algún día, estaré ahí contigo, se que volveré a verte, en el delgado puente de nuestros corazones rotos.
~No creí que te marcharias tan pronto mi pequeño ángel, pero las flores comenzaron a creecer y las estrellas vieron tu brillo perder, lo siento, olvide cerrar el balcón, y los diminutos fósforos en el cielo decidieron llevarte.

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A Mitad de la Nada.
General Fictionla perfecta monotonía entre tantas tazas de té y miel con notas desprendidas.