Nyctophilia

Chapter One: Shade Girl 2/2

- El nombre del chico es Markus Angelo... - Vaya, un nuevo chico a mediados de curso. Bueno es un chico alto -Más alto que yo. Un metro setenta y cuatro tal vez.-, ojos negros y cabello negro. Pff.. Chico que lindo como todas las demás se moriran por el...

- Hola, un gusto conocerlos. Vengo de Roma, y espero llevarme bien con ustedes. - ¿Un chico de Roma que habla español? Eso si que es nuevo para mi.

- ¿Te interesa?

- Obvio No.

- ¿Entonces por que tan interesada en el?

- Por que tal vez podría serme utíl. 

- Te sentarás alado de la señorita Jackson. - Ordeno el profe y yo solo abrí los ojos como platos. "¿Como se le ocurría hacer esto?" Vaya día que tengo y apenas a empezado. Camino hacía a mi y me dedico una tierna sonrisa. "¿Cree que con eso caeré a sus pies?" Gruñí ya al verlo lado de mi y dejando sus cosas en la mesa. Como era de rutina saque mis libros y mi libreta, el chico puso una mano en mi libreta y la quite antes de que la tocará y lo mire fulminante.

- L-Lo lamento... Es que también me gusta Evanescence... - Retiro su mano y dirgió su mirada al frente ya sin mirarme. Abrí como siempre en la misma pagina donde lo había dejado la noche anterior. Seguí dibujando sin decir nada o escuchar a alguien en verdad. 

El timbre sonó y seguí cuando sentí la respiración de alguien en mi oído cerrando de golpe la libreta. Voltee y para mi sorpresa era el chico nuevo "¿Cuánto habrá visto?". Lo volví a fulminar con la mirada gruñendo esta vez.  

- Tienes buena mano para dibujar, aun que solo haya visto poco de lo que hiciste - Sonrió calido mientras extendía su mano para estrecharla. - Soy Markus Angelo. Un Gusto. ¿Cuál es tu nombre? Claro si tienes intención de decirmelo. - Su sonrisa se borro al ver que solo mire su mano y volvía la vista a sus ojos negros. Quito su mano y volvió a disculparse saliendo del aula. 

- Lindo y tierno. No serviría en nuestra habitación.

- No opines... Casi nos descubrré

- ¿Y que tiene? Podría ser bueno para nosotros.

- No quiero dañar a nadie más así que mejor calla... - Mire hacía arriba y hay estaba Fer algo indignada, tal vez sea por lo que hice con el chico.

- ¿Qué hiciste Joseline? - Mierda, su tono si que es de miedo. Baje la mirada aguardando mis cosas en mi mochila negando con la cabeza. - Joseline... - Ese tono ya es malo, suspire y la mire encogiéndome de hombros.

- Solo no quería que viera mi libreta o la tocará... Es muy curioso para mi... - Hable bajo dejando mi mochila de lado y viendo como Fer se sentaba enfrente de mi con una silla que tomo de la mesa de adelante.

- ¿Aun sigues con eso verdad? - Sonrió de lado sacando de su mochila unos jugos y unos sandwiches para las dos. Aun que no siempre tengo hambre ella me obliga comer. Y si se preguntan que vomito. No, no lo hago. 

- Sabes que no puedo dejar de hacerlo... Y tu tampoco. - Justifique con una pequeña sonrisa.

- Si lo se, pero bueno... ¿Adivina que día es hoy? - Pregunto algo entusiasmada y dándome mi sandwich envuelto en papel de aluminió.

- ¿Miércoles de sándwich de pavo y salchichas? - Sonríe ya normal como cualquier persona. Si no fuera por ella o por Alondra estuviera más sola que... Bueno.

- ¡Claro! Ahora come, que tienes que soportar a tu hermana y a Ricky esta noche - Oh' se me había olvidado por completo lo de Ricky. Comí mi sándwich y mi jugo sin protesta.

A la salida del transcurso escolar antes de irme a casa Fer me llamó.

- ¡Hey! ¡Espera! - Me volte y ahí estaba... El chico Intento-Ser-Lindo-Contigo-Para-Follar-Después. Ya al tenerlos frente a mi Fer se fue dándome una gran mirada con indirecta incluida.

- Primero: Queria pedirte disculpas por meterme en tus cosas, segundo: Queria ver si te gustaría venir a tomar un café, digo; sería una gran oportunidad de conocerte o hablar contigo ¿Te parece? - ¿Salir? ¿Un café? Esto si que es raro para mi. 

- ¿Irás con el?

- Bueno, sería agrabable conocer a alguien

- ¿Y crees que te querrá cuando te conozca? 

- N-No sé... 

- Entonces dile No.

- Lo siento no puedo... - El chico se sorprendió y sonrió amable. "¿Por qué sonríe así?" 

- Jé, Je... No pasa nada. Pero me gusto escuchar tu voz... - Se acercó para despedirse de mi con "un beso de mejilla" y yo solo me retire. 

- Adiós. - Di media vuelta y me fui. "¿Qué es ese tipo de despedida?" Fue la primera pregunta que se formulo en mi cabeza. Sin darme cuenta ya estaba en la puerta de mi casa, entré y solo grite. "¡Estoy aquí!" 

- Eres una estúpida.

- ¿Ahora por qué?

- Estabas a punto de irte con un chico que se cree la gran cosa.

- ¿Y eso qué? Estaba apunto de tener otro

- No saques excusa Joseline Jackson. Ya sabes lo que pason con dos..

- ¡Callate no me lo recuerdes! - Grite sin pensarlo y me tire en mi cama boca abajo. Me tape con una almohada lo más fuerte que pude. Ese maldito recuerdo no deja de torturarme aun más gracias a ellos. De repente alguien llamo a la puerta, me incorpore rápido y sequé mis lágrimas ue sin darme cuenta ya estaba en mi almohada junto con mi maquillaje. - Pasé... 

- Joseline... ¿Estás bien? ... - Era mi hermana, entró cerrando despacio la puerta dertrás de ella y acercándose lo más lento posible. Yo solo asentí, bien aquí ibamos otra vez. - Vamos Joseline.... Dime... ¿Qué tienes? - Tomó mi manos y acarició mis nudillos con su pulgar. Tome aire y hable, aveces; ella era la única persona en el mundo que me escuchaba.

- Un chico nuevo en la escuela me invito a salir... Pero... Me tuve que negar... - Baje la mirada algo apenada mientras que sentía la sonrisa de satisfacción de Andrea.

- Y ellos digieron que no deberías de ir, ¿Verdad? - Asentí a lo que dijo. - Bien... Ire a hacerte una tazá de chocolate caliente, ¿Vale? - Sonreí de lado y ella salió. Andrea siempre decía que en momento que más nos duele, tal vez con algo pequeño nos alegre y con ella, era su taza de chocolate caliente aun que estuvieramos a 40°C. 

- Bien.. ¿Y ahora que harás?

- Le dire a Ricky que lo veré después... - Tomé mi teléfono y llame a Ricky. Al tercer timbrazo contestó. - Ricky, hola. Si soy yo. Lo dejarémos para el próximo miércoles. Traerás las velas que te digo. Si. Si. Esta bien, adiós. - Colgué y deje mi teléfono en la mesita de noche para acostarme y dormir un poco.