Un hombre de pelo castaño, ojos verdes, complexión atlética y paso firme se adentra en las profundidades de las calles de Noruega. Con un chaquetón negro, se frota las manos para generar aunque tan solo sea un ápice de calor en sus adormecidos dedos, ante un temporal generalmente gélido. Camina nervioso, arrepintiéndose parcialmente en su fuero interno de lo que estaba a punto de hacer.
Elliot, que es el peculiar nombre del pesaroso músico cuyo creciente éxito es un relevante hecho, reflejado a través de un significativo récord de índice de ventas marcado en su conjunto por el reconocimiento y apoyo que ha adquirido el grupo del que es integrante y la voz cantante : "Orange Waves". Sin embargo, no tiene en mente ser reconocido por nadie, solo quiere alejarse de todo el ruido que la vida genera, siente la presión de las grandes masas respirando en su nuca, escucha sonidos de todas partes mezclándose en su cabeza, en definitiva, está a punto de estallar. Por ello, deambula con el frío pisándole los talones al encuentro de su amigo Delainey, William Delainey, ni más ni menos que el batería de su grupo, y el más alocado de todos los integrantes de éste. Pero Elliot no es sabedor de la clase de aventura a la que se enfrentará, ha dejado en manos de su batería favorito, el chico de rizos castaños e ideas esquizofrénicas, un encuentro, para que pueda escapar de todo y relajarse, para evadirse de cualquier ruido molesto, o al menos, eso espera. Dela, es partidario de que las experiencias cercanas a la muerte que generen adrenalina y que te traspasen la piel son lo mejor opción para desconectar del mundo.
Debido a esto, Elliot se encuentra de camino a un viejo hangar, que antes era usado como pista de aterrizaje de emergencias, porque Delainey le ha convencido para que se suba a la nueva moda de "elevar el vuelo" y así su amigo pueda olvidarse de todo lo que le rodea.
Pero, la pregunta no es qué es lo que se le está pasando por la cabeza a Elliot, la pregunta es: ¿qué le rodea?
Para responder a la pregunta tenemos que remontarnos a su infancia, en la que hay un chico de menos edad que no hablaba, a pesar de que sus padres habían pagado miles de tratamientos y terapias de choque, un chico cuya lengua se chocaba con los bordes y con el paladar de su boca cada vez que iba a pronunciar una palabra y no le dejaba emitir siquiera un sonido.
Y no, Elliot no era mudo, podía hablar y comunicarse a la perfección, también era muy inteligente y había leído muchos libros a lo largo de su corta vida. Era autista, una enfermedad que uno no escoge, te toca, y cuando te impregna, decides que todas las personas a tu alrededor hacen "demasiado ruido" y tratas de aislarte del molesto sonido que taladra tu mente una y otra vez sin permiso.
Conforme fue creciendo, el chico aprendió que la guitarra que le regaló su padre tras su noveno cumpleaños se estaba convirtiendo en su mejor amiga, y que los libros habían sido una excelente fuente de inspiración para crear canciones de la nada. El sonido que hacía la guitarra cada vez que el niño la acariciaba invadía a Elliot con miles de sensaciones y sentimientos que no era capaz de describir con claridad.
En su búsqueda por reunir a personas que tuvieran esas mismas emociones encerradas en el interior, encontró a William Delainey, un batería con un pasado bulímico, Aron Kelly, un ex- alcohólico rehabilitado con una monstruosa habilidad para la guitarra y un pasado sombrío, a Rend Levington, un empollón presumido que cada vez que tocaba el micrófono lo hacía suyo y su última incoporación, y uno de los pianistas más jóvenes y más talentosos, el canadiense Douglas Carson, que con pocas teclas era capaz de contarte una historia y atraparte en ella.
Juntos eran el grupo de música de raíces noruegas más extravagante y con más éxito de todo Internet.
Pero el mundo de la música es muy complejo y las pastillas que estaban haciendo que Elliot perdiera su miedo a las personas y comenzara a integrarlas en su día a día estaban perdiendo su efecto, había vomitado tres veces en lo que queda de semana, las piernas le temblaban de nuevo al subirse a un escenario y éste era el cuarto medicamento en período de pruebas que probaba.
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El Corazón de Elio
Teen FictionEl corazón es como un gas furtivo, salvaje, joven, alocado y en ocasiones intrépido, tanto que a veces nos cuesta percibir que a la vez que éste late, los momentos se van sucediendo uno tras otro. Elliot (Helio) Vinegaard, músico de un grupo tiene v...