i'm the demon ー markhyuck

i did not want to do it.

No hay que ser religioso para tener conocimiento de que el cielo es real, como también lo es el infierno. Depende de uno mismo si decide creer en ello, o no.

Algunos aseguran haber visto fantasmas o demonios. Otros, los han sentido. Y otros, nunca lo han hecho. Pero, alguna vez te has puesto a pensar, ¿los demonios pueden convertirse en humanos? Lo lógico sería decir que no, porque, es obvio, son seres sobrenaturales que viven en otro espacio. Pero, ¿qué pasa con aquellos que pueden poseer tu alma? El alma de un humano existe, y, al igual que los demonios, o los ángeles, es un ente sobrenatural.

Te lo aseguro: Los demonios sí existen, y si te descuidas, puedes llegar a poseer uno sin saberlo.

—No vayas. —pidió DongHyuck apoyándose en el umbral de la puerta de brazos cruzados. Mark lo miró con hastío.

—Mi amor... tengo que ir, la presentación es en unos días más y necesito practicar —dijo al mismo tiempo que se colocaba su polerón. DongHyuck suspiró.

—Pero, Mark —alegó—. Es nuestro aniversario —empezó a acercarse seductoramente hacia él, moviendo sus caderas deliberadamente. Lo miró con ojos coquetos, y tomando sus manos, las entrelazó para luego abrazarlo. Luego, susurró en su oído—: No te dirán nada por faltar una vez...

Mark no podía ante esas seducciones, y DongHyuck lo sabía.

—Lo sé, pero es que...

—Diles que estás enfermo... —DongHyuck lo miró a los ojos. Y Mark, cuando bajó la vista, pudo ver en él ese deseo en el brillo de sus orbes.

El mayor suspiró.

—Es que yo no puedo contigo. —dijo en un susurro. Se soltó de las manos de DongHyuck para agarrar su rostro y darle un corto beso en los labios. El menor sonrió travieso, siguiendo a Mark con la mirada.

No se sabía a ciencia cierta quién estaba más enamorado, pero lo que sí era certero, era que se amaban sin condición alguna, a pesar de todo ellos se querían de una manera incondicional, y eso era visible a kilómetros. Y es que, la forma en la que se conocieron... la historia que formaron juntos... todo era como una romántica y melosa historia de amor que, aunque era todo lo contrario a lo cliché, no dejaba de ser extremadamente llena de romanticismo que, por cierto, seguía siendo vigente, y parecía ser que no tenía final.

Mark salió de la cocina para dejar un par de copas en la mesa de centro y servir un vino para dos. DongHyuck no pudo dejar de sonreír, y es que Mark lo hacía tan feliz... era algo muy difícil de explicar.