¡Calabaza!

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Realmente no tenía idea de cómo llegó allí, sólo encontró este extraño sobre de cuero negro al lado de su cama junto a una nota de su tutor, bebé, sádico personal que decía "haremos una fiesta sorpresa de Halloween al estilo vongola, sigue las instrucciones al pie de la letra". Dicho sobre contenía una hoja blanca con bordes dorados con una letra en cursiva perfecta.

"¡Calabaza, calabaza ven a jugar casa! ¡Calabaza, calabaza no te lo pierdas!"

Demasiado extraño, pero oye era Reborn, todo lo que hace era extraño y daba mala vibra. No necesitaba darle muchas vueltas para saber lo que le viene, más cuando no había sido despertado por el bullicio de los niños y su madre le dijo que habían salido.

Si tenía algún consuelo, era el hecho de que esta vez no iría sólo y estaría en compañía de su guardián de la tormenta y autoproclamado mano derecha.

Para Tsuna, la presencia de Gokudera le daba una ligera sensación de seguridad (Ligera, porque sabrá el cielo lo que Reborn le tiene preparado) y se enternecía por el hecho de que el peli plateado mantuviera su costumbre de irlo a buscar antes de ir a cualquier lado. Pero la cosa empeoró sin que ninguno se diera cuenta.

Entre charlas amenas, autoproclamos de mano derecha que lo hacían sentir nervioso y promesas de protección eterna que le avergonzaba hasta las mejillas, ninguno notó que el mapa que traía el extraño sobre de cuero los llevaba a un bosque que se volvía cada vez más oscuro.

—G-Gokudera kun...—Llama con la voz temblándole, deteniendo su andar a tiempo que el nombrado—¿C-Cuándo oscureció todo?

El aludido miró a todos lados, observando que los rodeaban un montón de árboles y vegetación.

—Esto es extraño... según el mapa deberíamos estar cerca...—Empieza, sin notar como sus palabras asustaron al más bajo.

—¡¿N-No me digas que nos perdimos?!

—¿Eh? ¡P-Pero si seguimos el mapa al pie de la letra!—Replica nervioso, tratando de ignorar que en el fondo se interrogaba si realmente había sido así. Porque vamos, era sólo un estúpido mapa de un probablemente juego infantil, seguirlo era tan fácil como comer pastel ¿No? Aunque está la posibilidad de que sea una prueba de Reborn san, para comprobar si en verdad merecía ser la mano derecha del décimo vongola, y haya subestimado la verdadera complejidad de ese insulso mapa, así que puede...

—¡N-No se preocupe D-Décimo! ¡Definitivamente estamos cerca! ¡Sólo debemos...!—Decía apresuradamente, probablemente por el pánico de la posibilidad de que haya fracasado en una prueba simple como esa. Sin embargo una exclamación por parte de su jefe lo distrae.

—¡Mira Gokudera kun! ¡Son luces!—Apuntó a lo profundo del bosque, en donde unos as de luces anaranjados se veían no muy lejos.

—Ah... es una mansión—Decía soltando el aire que no sabía que contenía, si definitivamente pasó esta prueba y era más que digno.

Tras acercarse confirmaron que efectivamente era una mansión, y Tsuna felicitó al contrario por su buen ojo pese a la oscuridad, mientras que éste sonreía ruborizado alegando que no era nada. Observó detenidamente la mansión; paredes oscuras, luces opacas, si miraba arriba podía ver la silueta negra de unos picos en donde juraba revoloteaban unos murciélagos de ojos brillantes. Todo parecía sacado de un cuento viejo de terror.

—Oh Dios Reborn... ¿Qué estás planeando?—Susurró en un lamento antes de que Gokudera se le pusiera en frente con una sonrisa amplia.

—¡Está bien Décimo! Si estamos unidos nada malo pasará—Dice alzando el pulgar en gesto de aprobación, despidiendo ese aire animado que sólo a él le ha mostrado. Ante la imagen no puede evitar sonreír con las mejillas algo ruborizadas y bajar la mirada con timidez, a veces Gokudera puede decir cosas tan vergonzosas...—y de suceder lo contrario...—mostró unas mini dinamitas amontonadas en sus manos y un brilló asesino en sus ojos—¡Volaré todo aquello que lo asuste!

Prueba de Valor: Humor negro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora