De regreso.

27 1 0
                                    

María Lucía Gómez Santa Cruz, edad 24, vivía en Pasadena, California Estados Unidos, en el barrio de La Pintoresca. Sus padres Juan Mario Gomez Quispe, peruano de nacimiento y su madre Lucía Catalina Santa Cruz Pereira esta ultima de padres inmigrantes cubano y portugués.

La historia de los padres de Malú, si así la llamaban, venía desde aquel país sur americano, donde la mayoría de los pobladores salen de este para seguir nuevas oportunidades. Ambos se conocieron en Perú en el año de 1988, donde el terrorismo estaba en su apogeo y las oportunidades de trabajo escaseaban por donde sea. En esa época, Juan estudiaba minas en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) y a su corta edad de 19 años no pensaba encontrar el amor en aquella chica que llegó desde muy lejos a vivir cerca de su casa en el Callao.

Una tarde de febrero de 1988 en pleno verano chalaco, Juan llegaba a su casa después de ayudar a su mamá en el pequeño puesto que tenía en el mercado. Patricio el mejor amigo de este llegó a su encuentro y le dijo: - ¡Habla Juan!, que tal hermano, ¿qué tal la venta de hoy? - a lo que Juan respondió: -! Que tal Pato ¡pues ahí más o menos, tú sabes que con toda esta vaina política los precios suben y los caseros ya no llegan con regularidad. -Si pues es verdad, pero ya hablando serio, hoy hay fiesta donde las gemelas García, que cumplen 18 y están invitando a todo el barrio, hasta los fuereños están invitados. ¡Hablas! ¿Te apuntas? -dijo Patricio- A lo que Juan respondió- Mira cholo, llego recontra cansado y pues esperaba dormir desde las 6:00 de la tarde, pero, como me estás inquietando con fiesta, pues creo que, si me apunto, ya sabes que los García siempre arman la jarana y no respetan el toque de queda con su enorme casa entramos todos. - Listo te vengo a ver a las 8:00, te pones guapo jajaja- concluyó Patricio.

Patricio llegó a la hora que había acordado y tocó a la puerta de la casa de Juan- Buenas noches señora Peto, está Juan- dijo- Si hijo, espera que lo llamo- respondió Doña Peto. Cinco minutos después bajó Juan todo acicalado, saludó a Patricio y los dos fueron a la casa de las gemelas García.

Ya en la fiesta Juan y Patricio dieron a conocer sus dotes de bailarines y buenos conversadores. Pasaba de las 10 de la noche cuando un grupo de chicas llegó a la fiesta, todas saludaron a las cumplimentadas y les dieron sus obsequios y se tomaron las respectivas fotos. Lorena García una de las gemelas, se acercó a Juan y Patricio y les dijo- Miren chicos, las chicas que acaban de llegar estudian conmigo en la escuela nocturna, a ver si las sacan a bailar pues. - !¡Si claro Lorenita, lo que tú mandes! - dijo Patricio muy animoso- Así que los dos sacaron a bailar a las muy emperifolladas señoritas, las puertas de la casa de los anfitriones se cerraron y el volumen de la música bajó tanto que apenas se podía escuchar.

Juan se sentó en una esquina cansado y de repente alguien se sentó a su lado. Él se la quedó mirando y tuvo un poco de temor en iniciar una conversación. Ella se volteó a verlo y le dijo- Hola, ¿sabes a qué hora me puedo ir a mi casa? - Juan contestó- Pues con decirte que ya nadie sale de aquí hasta mañana temprano, y dime ¿dónde vives?

-Pues vivo a dos cuadras más abajo, pero como soy nueva en este país, me resulta muy difícil entender sus leyes, disculpa si no me he presentado mi nombre es Lucía y ¿Cuál es el tuyo? - le preguntó ella- Pues mi nombre es Juan y vivo en la acera de enfrente, pero no te preocupes nadie te va hacer nada malo, es más mi barrio es bien chévere, todos somos amigos y nos conocemos desde muy pequeños y una vez que agarres cancha en este país vas a ver lo bueno que es tener amigos de barrio-

Conversaciones van, conversaciones vienen y así como el sol sale, el toque de queda se acababa también. Los invitados fueron saliendo poco a poco, Juan y Lucía salieron también- Te acompaño a tu casa amiga- le dijo Juan- Si claro como no- respondió ella. Salieron con dirección a la casa de Lucía y la conversación seguía. Llegaron, y ella tocó a su puerta y su muy angustiada madre la recibió y le dijo- ¡Madre mía! al fin. Te despides y entras- Lucía le sonrió a Juan y se despidió con un beso en la mejilla de este, ella entró y cerró su puerta. Juan fue a su casa y a lo que entró, doña Peto le dijo- Veo que la fiesta estuvo buena porque la sonrisa que tienes es más grande de lo normal, ¿A quién habrás conocido? - Juan se acercó hacia su madre y le dio un tierno beso en la frente y dijo- ¡Ay viejita!, creo que esta vez le agradeceré al toque de queda, me he quedado flechado de una zamba bien bonita. Su madre lo miró atónita.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Nov 21, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Siempre tú.Where stories live. Discover now