La novela de mi vida.

Casamiento.

Anahí.

-. Enserio tienes que irte?-.

-. Si princesa-. Me beso tiernamente-. Uker quiere ir a la iglesia con todos sus padrinos.. Ademas tienes que ir por Dulce verdad?-.

-. Pues si.. Pero estarás bien?-.

Asintio y me volvió a besar.. Había pasado apenas un mes de la difícil decisión que su hermana había tomado y aun intentabamos salir adelante de eso.. La boda seria un buen motivo para que se distraigan.. Para olvidar un poco semejante dolor.. Poncho seria el padrino de Uker y yo por mi parte la dama de honor de Dulce.. Hasta ahora todo marchaba bien.. Poncho sonreía y aunque aun se veía ese deje de tristeza en su mirada sabia que con el tiempo volvería a ser el de antes.. Solo faltaba unas semanas para el comienzo de clases y Dulce y Uker estarían en Paris de luna de miel hasta esa fecha.. En medio de todos esos pensamientos llegue al departamento de mi amiga y sin mas entre.. Quede boquiabierta al verla con su elegante vestido estilo sirena, con su escote corazón y su corto velo adornando su peinado recogido.. El rojos de sus cabellos resaltaban ante el blanco del velo y eso la había ver simplemente radiante.. La abrace casi llorando y cada recuerdo paso por mi mente.. Cada travesura de la infancia, cada vez que me consolaba y hasta me ayudaba a escapar del infierno que era mi casa.. Muchas veces su familia me acogía en su casa como una mas de ellos.. Y siempre les estuve eternamente agradecida por eso.. A mi mente viajaron los recuerdos de nuestra adolescencia que aun no terminaban.. Las aventuras en México, cuando conocimos a los niños aquí en Chiapas.. Y todo lo que vino luego.. Sabia que le esperaba un futuro lleno de amor y felicidad, pues se veía que Uker la amaba locamente y ella a el.. No podía sentirme mas afortunada de pasar este importante momento junto a ella.. Entre risas y bromas me cambie y esperamos a Maite y al padre de Dulce para ir a la iglesia.. Maite llego radiante ya vestida y maquillada dandonos la hermosa noticia que se había reconciliado con Cris.. Le jugamos varias bromas a Uker llamándolo diciendo que Dul se había arrepentido.. Nos odiaria por eso! El silencio reino mientras Dulce se calzaba sus zapatos.. Hasta que ella hablo.

-. Oye.. Como esta Poncho?-.

-. Ahí la lleva.. Esta bien difícil la verdad.. Pero trata de estar mejor.. Hoy hasta sonrio.. Se ve que el casamiento lo levanto tantito-.

-. Me alegro que sucediera.. Se que es difícil tambien para ti.. Y quiero que sepas que estamos contigo vale? Y con los Herrera-.

-. Lo se niñas.. Y se los agradezco muchísimo.. Pero ya! Mejor hablemos de cosas lindas vale?-.

Ambas asintieron y comenzamos a hablar de los lugares que visitarian los niños en su luna de miel..  Mientras esperábamos a el padre de Dulce.

Alfonso.

-. Hermano! Como estas?.. Disculpa la pregunta.. Son los.. Nervios supongo?-.

-. Ya Uker.. Estoy mejorando.. Espero que no te arrepientas de esto vale?-.

Los tres reimos juntos por un buen rato... Me sentía nuevamente en familia a su lado, como si el dolor poco a poco se disipara.. Charlamos de muchas cosas.. Recordabamos muchas anécdotas de niños, como la vez que Uker se le había declarado a mi hermana.. Su recuerdo me sacaba de onda.. Hablar de ella dolia y mas si era en pasado.. Pero sabia que seguiría siempre a mi lado.. Debía de superar el dolor para continuar.. Para poder continuar junto a mi familia, mis amigos y la mujer que amo..

Recibimos varias llamadas de las niñas diciendo que Dulce se arrepentía y que no quería seguir con esto.. En la primer llamada nos preocupamos y alteramos luego descubrimos su astuta broma.. Luego de cambiadnos nos dirigimos juntos a la iglesia.. Allí estaba el padre esperando por ellos..