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Han pasado cerca de cuatro años desde que nos separamos, no hay día en el que no piense en ti desde entonces.

La razón por la que decidimos terminar aún no la sé con claridad, la culpa llega a mí, debí hacerte saber que te amaba, con hechos y no sólo con palabras.

Duele tanto.

Duele que nuestros amigos sigan haciendo mención de ti, duele verte lejos de mí, duele saber que nunca cumpliremos nuestros planes a futuro, es un pensar egoísta si lo vemos desde otra perspectiva; supongo que es propio de un ser humano, todos alguna vez llegamos a querer algo de otras personas sin importarnos mucho lo que ellos quieran.

Nunca pensé que cuando te fueras de mi lado dolería tanto, quise engañarme de que podía estar sin ti, de que no te necesitaba, pero ahora la venda que cubría mis ojos se ha caído, dejando al desnudo toda la verdad; nunca seré lo suficientemente fuerte para sobrevivir sin ti.

Soy débil, tan frágil como un vaso de cristal, siempre ha sido así.

Al principio todas las relaciones comienzan de manera espectacular, eres feliz, te engañas a ti mismo con la idea de que aquello durara para siempre aún cuando ni si quiera tú lo eres. Los problemas no tienen mayor relevancia, nada puede destruirte, tu única debilidad es la persona en la que tanto has estado confiando, la misma que te otorgo esas enormes esperanzas e ilusiones.

Intentabas cuidarme del mundo, cuando del único que debiste protegerme era de ti mismo, de tu capacidad para destruirme, de tu indiferencia y falta de amor.

Hay días en los que desearía volver el tiempo atrás con el deseo de cuidar mejor de ese corazón tuyo que aparentaba ser fuerte e independiente cuando en realidad era todo lo contrario.

Me gustaría verte a la cara nuevamente y decirte que te amé, te amo y te amaré.

La luna con empatía llora conmigo; que la vida no es color rosa, que este no será nuestro final feliz porque lleva consigo miles de lágrimas.

Es momento de dejarte ir.

Nunca volverás, no regresaras a iluminar mis días grises con tu hermosa sonrisa, tus brazos ya no serán más mi refugio, tus besos ya no son mi salvación, por eso es momento de dejarte ir, nuestros caminos han sido separados y no estoy segura de que nuestro destino sea encontrarnos nuevamente.

Los momentos en los que todas mis penas desaparecían al escuchar tu melodiosa voz son sólo un recuerdo.

Te dejó ir hoy porque al retener tu recuerdo me estoy hundiendo lentamente en mi propio mar de lágrimas.

Me parece un poco más doloroso seguir aferrada a un recuerdo que pasará a desvanecerse con el viento.

Es momento de dejarte ir.

Después de tanto tiempo he aceptado que yo no soy el amor de tu vida, no importa lo mucho que te amé o lo intensas que sean mis ganas de volver a besarte; perdí contra la profundidad de tu mirada.

Con amor la chica que no será capaz de olvidarte.

it's time to let you goDonde viven las historias. Descúbrelo ahora