CAPITULO 3: LOS PORTALES MAGICOS

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Por supuesto, hay diferentes tipos de portales. Eso ya lo había visto en las clases con Taddeus, pero mamá fue más específica aún al nombrarlos:

Portales Multidimensionales. Como el portal de la fábrica al que me envió tío Iago. Estos son portales inestables y caprichosos, que pueden conducirte a cualquier lugar: un mundo lleno de bosques, una colina bajo el mar, un mundo de fuego y brujos malvados.

Los brujos suelen eludirlos, puesto que son muy peligrosos.


Portales de una entrada. Se abren sólo en un sentido, para dejarte pasar a un sitio específico. No permiten salir a través de ellos: una vez que entras, debes encontrar otro camino de regreso.


Portales de dos caras. Estos portales permiten tanto la entrada como la salida de un mundo hacia otro.


Portales de espacio-tiempo. Estos, al igual que en una película de ciencia ficción, pueden conducirte a otra época (ya sea en el pasado o en el futuro). También son peligrosos, ya que si no sabes controlar la temporalidad, puede que jamás regreses al punto de partida.


Además, hay otras clasificaciones importantes:

Los portales naturales siempre vigentes. En la antigüedad existían muchos de este tipo, eran las puertas que habitaban en los bosques donde las hadas se colaban cada noche, para bailar o hacer fiestas en el mundo humano. Algunos mortales se atrevían a entrar a estos portales, y se veían atrapados en un espacio temporal diferente. Mamá me contó que en algunos mundos de las hadas, en ciertos reinos prohibidos, el tiempo transcurre diferente que aquí.

Hay lugares en los que el tiempo está completamente detenido. Por eso, cuando los humanos viajan a estos sitios, las hadas les advierten que no deben regresar a sus hogares. Si abandonan esos sitios, descubren que para el resto de su familia han transcurrido años, cuando para ellos apenas ha pasado una noche.

Eso debe ser aterrador.

La buena noticia es que la mayoría de esos portales se han ido cerrando con el paso del tiempo. Otros, como el que existe para la Ciudad de Sombras, siempre continuarán abiertos; la cuestión es que las criaturas mágicas que controlan la puerta, se han encargado de ponerle una clave "mágica", de tal forma que sólo los entes con habilidades sobrenaturales puedan cruzarlos.


Los portales naturales de ocasión. Estos se activan durante algunos días (o noches) especiales: cuando hay ciertas alineaciones planetarias, o en el tiempo que se da un eclipse (a estos les llaman puertas de luna y sol), en las noches de Samhain, o Yule, o durante las fiestas de mayo. Hay incluso ciertos portales que necesitan reunir varias condiciones: un día del año, un eclipse, y/o la posición de Venus.

Hay unos tan siniestros que necesitan sangre para abrirse, y no hablo de pincharse el dedo, sino de un sacrificio. Pero la mayoría de estos portales conducen a mundos oscuros y llevan siglos cerrados. La última vez que se abrió uno de ellos, fue por allá de 1700 y algo.

Es una fortuna que ya no ocurran esas cosas.


Los portales cifrados. Casi siempre estos portales quedan señalados por medio de una runa, o algún símbolo mágico o alquímico. Los humanos no pueden verlos, y sólo se activan con el poder de una criatura mágica. Éstos se encuentran en puntos de especial importancia: la tumba de Merlinus, el templo del oráculo de Delfos, las pirámides de Egipto, el santuario de la Diosa, etc.

Magická: El Libro de Sombras de MorganaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora