LA PROMESA (Joel Pimentel y tú) (Fanfic)

26. ¿Embarazo?

Capitulo 26

Empujo la palanca y hago una mueca de asco al ver como el líquido se pierde en el agua. Me lavo las manos y también el rostro, al mirarme al espejo me concentro en mis recuerdos y una fuerte inquietud se cruza en mi pecho. Los mareos pensé que eran normales, siempre he sido una chica delgada y cuando no me alimentaba bien sucedía pero las ¿Náuseas? Esto era.. más complicado y esperaba que no fuera lo que empezaba a sospechar. Con tan solo pensarlo mi corazón empezaba a golpear con fuerza.

Aún tenía diecinueve.

Y no me puse a pensar en eso cuando estuve con Joel.

Tampoco era el momento de evadir mi posible realidad. No era que yo no quería tener un hijo, es más perdí la cuenta de todas las veces que imaginé un futuro a lado de Joel y... ¡Basta! Ni siquiera he terminado el primer ciclo de la universidad, no tengo una buena estabilidad económica, tampoco sé si mi abuelo al enterarse podría dejarme fuera del testamento y no tenga con que mantenerlo. Antes debería pensar con cabeza fría y asegurarme ¿Que tal si es otra cosa? ¿Que tal si estoy enferma? Las náuseas no pueden ser solo por el embarazo.

Respiro hondo una vez más y trato de arreglar mi aspecto frente al espejo. No me veo bien y aprovecho que Paulina aún no a llegado para lavar y secarme el rostro, podré justificar mi palidez al decir que me desmaquillé.

—Hmm... Tuve que esperar a que Mery terminara de hornear las últimas para traerlas calientitas —entra quedando de espaldas hacia mi para cerrar la puerta de un empujón con su cadera— ¿Pasó algo? Te vez pálida.

Se sienta en la cama y me ofrece las galletas.

No estoy segura si contarle o no, ¿pero que hago? Ella es la única en la que puedo confiar.

—No es nada —miento— ¿Qué película vemos?

—¡Interestelar! Es muy buena y una de mis favoritas, además queria mostrartela desde el otro día, veamosla juntas ¡Siiii!

Asiento con una sonrisa y me siento a su lado.

—Pau. —la llamo, después de un rato.

—¿Hmm?

—¿Te puedo contar algo?

—Claro —dice. Su vista sigue frente a la pantalla, está entretenida en la conversación del señor y la niña.

Respiro hondo y preparo las palabras que le voy a decir.

"Vas a ser tía"

"Quieres ser mi dama de honor y madrina del bebé a la vez"

Al ver que no respondo, voltea a verme y me inspecciona con la mirada.

—¿Qué? ¿Que ibas a decirme? —pregunta, ahora sí con toda la atención en mi.

—¿Mañana me puedes acompañar a un lugar? —giro mi cabeza y espero su respuesta. Paulina tiene la boca llena y come otra galleta.

—Si, ¿A donde?

Si le digo ahora no podré contestar el montón de preguntas que me hará, tampoco sé si pueda mirarla a la cara con la culpa que siento... Debería dejar de suponer cosas, tal vez sea por el estrés de tener tantos exámenes en una sola semana. Si, eso puede ser.

—Mañana te lo digo.

—Esta bien —dice y no pregunta nada más porque vuelve a concentrarse en la película, internamente le agradezco, no sabría que más decirle. Tampoco quiero asegurar algo de lo que no estoy segura.