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B E A U T I F U L B O Y
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Los días iban pasando más rápido de lo usual, la pelirroja intentaba concentrarse en cada uno de sus poderes pero recordar a Zoe desfalleciendo en sus brazos hacia que todo se saliera de control, por lo que siempre recurría a su habitación, perdiéndose el almuerzo o la cena.
La sensación de algo quemar su rostro hizo que despertara, al mirar la habitación, vio la luz colarse por la ventana, sus manos fueron a su rostro mientras tallaba sus ojos. Al levantarse de la cama, sus rodillas tocaron el piso, soltando una maldición al sentir el ardor expandirse. Con esfuerzo mientras suspiraba, se apoyó de la cama para levantarse y dirigirse al baño.
Los cubiertos resonaban por toda la habitación mientras Cordelia observaba cada movimiento que Amelia hacía.
— Amelia, ¿Estás bien? — preguntó Coco haciendo que la pelirroja levantará la vista de su plato.
— Sí, estoy bien — sonrió a duras penas para luego concentrarse en sus alimentos.
Myrtle miró a Cordelia indicando que aquella conducta no era buena, y ella misma sabía que cuando la chica se comportaba así era porque algo había visto.
Luego de aquella noche que Amelia despertó gritando, estaba tan aterrada que no mencionó palabra alguna hasta el segundo día, Cordelia no quería forzarla a hablar, sabiendo que Amelia hablaría en su debido momento, pero los días pasaban y la chica parecía no querer nada, ni siquiera porque Zoe se lo pedía.
— Amelia — murmuró la rubia dejando uno de sus cubiertos en la mesa, la pelirroja alzó la mirada, sus ojos lucían cansados — Acompañame —indicó levantándose de la mesa mientras Amelia repetía sus acciones, sin objeción alguna.
Zoe le dio una sonrisa rápida, esperando que se la devolviera, pero esta solo se limitó a caminar hacia la salida.
— Vaya, creo que has perdido a tu mejor amiga —habló Madison llevándose un trozo de alimento a la boca — Pero no te preocupes, puedes hacer fila para ser la mía — sonrió por último haciendo que todas guardaran silencio mientras que Zoe cerraba los ojos y exhalaba con fuerza para luego escuchar como la rubia comenzaba a toser.
— ¿Qué ocurre, cariño? — preguntó Cordelia dando ligeros toques a sus hombros.
— Tengo miedo... — susurró mirándola a los ojos, sintiendo como su cuerpo temblaba.
— ¿De qué hablas? — preguntó preocupada mientras la veía llorar.
— Michael... — escupió mientras Cordelia la abrazaba con fuerza — Él... — sus palabras eran torpes haciéndole difícil respirar.
Cordelia acarició su espalda mientras Amelia sentía a alguien aproximarse.
Tres toques en la puerta hicieron que ambas se alejaran. Zoe apareció detrás de ella, sonriendoles.
— Amelia, un chico te busca — Amelia limpió rápidamente sus lágrimas mientras miraba confundida a Cordelia. No había otro chico que no fuera Michael — Dice que es urgente— se atrevió a decir.
Cordelia asintió para que fuera donde él, Zoe miró a la rubia para luego mirar al piso para luego cerrar la puerta.
— Te espera en la entrada — susurró a Amelia al no verlo en ningún lado, la pelirroja asintió mientras agradecía.
Tomó la perilla de la puerta y la abrió, su cuerpo se asomó, mientras miraba confundida a los lados al ver que no había nadie. Dispuesta a cerrar la puerta, su vista viajó a la esquina de la academia, viendo a un chico de espaldas observando las flores.
Con pasos temerosos se acercó a él, lucía de su edad, su cabello negro estaba perfectamente acomodado, sin que el aire fuera un impedimento, mientras que su vestimenta era completamente blanca y su altura era prominente, sin embargo no rebasaba la altura de Michael, se dio un golpe mental al escuchar lo que estaba diciendo.
— Me alegra por fin conocerte — su voz se escuchaba gruesa sin tirar a ser demandante mientras giraba lentamente hacia ella.
— ¿Disculpa? — preguntó al ver al chico de ojos verdes mostrarle sus perfectos dientes — ¿Quién eres? — el chico suspiró.
— Nunca imaginé ver a un descendiente suyo — caminó alrededor de ella, sintiendo su mirada penetrarla, tragó en seco — Realmente digna — tomó sus manos haciéndola sobresaltar — el tiempo se acaba.
Amelia intentó hablar pero el chico la detuvo poniendo uno de sus dedos en sus labios.
— Pero te veré pronto — mencionó sonriendo mientras miraba hacia la academia.
La puerta se abrió haciendo que Amelia girara en su dirección, Coco la miraba confundida.
— ¿Qué haces ahí parada? — Preguntó acercándose a ella.
— Estoy hablan... — al regresar su vista al chico, este ya no se encontraba junto a ella, Amelia frunció el ceño mientras recordaba el rostro de aquel chico, habiéndosele tan familiar y a la vez tan desconocido.
— Te tengo una sorpresa — Coco tomó su brazo llevándola dentro.
Al entrar de nuevo a la academia, Madison y Zoe la esperaban en la sala.
— Bueno, me alegra que sigas sufriendo por Michael — habló Madison sonriendole mientras Zoe le golpeaba el brazo — Es verdad, ¿no creen? — se acercó a Amelia con pasos decididos — las zorras no van al cielo, pero tú ya tienes un lugar ahí — la respiración de Amelia se agitó — tal vez pueda visitar a Michael y ver cómo está — y en menos de un segundo Madison fue expulsada hacia una de las columnas de la habitación, mientras lloriqueaba por sentir el aire.
— Amelia, detente. ¡Es suficiente! —gritó Cordelia al ver que Madison estaba apunto de caer inconsciente.
La pelirroja se sobresaltó haciendo que la rubia cayera al piso golpeando su cuerpo.
— No vuelvas a hablar de él porque la próxima vez que lo intentes, me encargaré de que respirar sea uno de tus menores problemas — amenazó mientras Madison la miraba atemorizada, sin embargo ninguna de las chicas hizo algo al respecto.
¿Cómo podrían haberlo escuchado, si ella nunca lo dijo en voz alta?.
Algo dentro de Amelia pedía a gritos salir, la pregunta era cuándo y cómo.
He subido una nueva historia de Michael. Tengo una obsesión con este hombre, ah k.
Vayan a mi perfil LANGDONFTME ¡LEELA! los votos y comentarios son bien recibidos.
Pero no quiero que UNGODLY deje de recibir amor, no lo toleraría.