El Hombre Perfecto

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Tener una madre donde el cuento de hadas no salió nada bien no es tan fácil como parece o sí no lo sé. Bueno la gran hazaña que mi ''padre'', si se lo puede llamar así, es que el día se su boda con una mujer embarazada no fue y allí el mundo de mi madre se destruyó. Fue como una estaca directo a su inocente corazón. Ella tuvo que obtener un trabajo muy malo donde la paga era poca y el trabajo mucho. Tuvo que asistir todos los días: en cinta, cuando tenía uno y dos años de edad, etc... En este caso toda mi infancia porque si no lo hacía la despedían y quien en esos momentos querían a una mujer embarazada o con una hija pequeña, ya que en ese momento había crisis económica. Por suerte, a mi madre no la despidieron, pero yo en ese momento si la iba a despedir del trabajo de ser madre. Cuando yo tenía cuatro años de edad ella obtuvo un mejor trabajo consiente que su empleada tenía un hija pequeña. Si preguntan cómo sobreviví tanto tiempo sin mi madre, fue porque de alguna manera mi madre se las arregló para hacerme la comida y como dormía al menos catorce horas al día no le importaba mucho. Según los vecinos yo lloraba una eternidad, luego me callaba o al menos esa era la versión de la señora Alma una anciana muy buena y que desde los tres o cuatro años nos empezamos a ser amigas cuidándonos mutuamente. Volviendo al tema principal desde ese momento mi madre comenzó a contarme todo lo que debía hacer cuando sea grande para conseguir un buen hombre. Eran charlas interminables de: como debía actuar, como comprobar que no se iba a ir de mi lado y después se ponía a llorar tratando de entender cómo debía entender al infeliz de mi padre por irse. Cuando ya tenía dieciséis años la edad de romeo y Julieta; esa edad donde crees que va a venir tu príncipe: azul, rosa, morado, turquesa, blanco, negro, café, verde o de cualquier color que viniera. El punto es que te iba a salvar de la oquedad dentro de ti e iba a caber dentro de ti en perfecta sintonía ; O creías que hasta el chico que solo veías una vez en el bus del colegio iba a ser el indicado. En esa edad mi madre me disciplino tan bien para que en vez de ser la princesa sea los dos a la vez y hasta que de vez en cuando sea el monstruo temible para proteger a una amiga o amigo; porque hay a veces chicas que cambian de rol y quieren ser el príncipe de su querido princeso por así decirlo, pero terminan haciéndole daño tanto a ellas como para sus crush como le dicen hoy en día. Crecí y crecí, y me convertí en una de las pocas programadoras confiables de una de las corporaciones más grandes a nivel de videojuegos con solo veinticuatro. Mi madre en ese momento creyó y sigue creyendo que todo su esfuerzo valió la pena, pero se olvidó el yerno. Hoy en día soy soltera y mi príncipe al parecer es muy perezoso.

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-La Kikaki 3301