CAPITULO 7•°

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Suga:
Rachel había venido a mi estudio, nos la pasamos genial, es la primera vez que me divertir y me gustó compartir lo que hago, ella entendía como se siente amar la música de la misma manera que yo.

Durante ese tiempo la observe, su sonrisa, sus ojos brillosos, la manera en como se envuelve y simplemente no lograba entender porque me atraía tanto.

Conocí ese lado que pocos ven de ella, pero su mal genio era como el mio y a pesar de que nos entendíamos nuestras almas no lograban juntarse.

Yo no creo en el destino pero si este es el caso... Esperó tenerte toda la eternidad.

Mi corazón se agitaba al mirarla y evitaba ponerme nervioso no quería que ella me viera así, me atraía tanto que solo quería impresionarla pero cometía cada error ... "yo y mis torpezas".

Estaba muy atento a sus labios pero ella no lo notaba, de pronto ella se iba disculpar conmigo pero no la deje terminar ... Deseaba probar esa parte de ella así que la bese sin ningún impedimento.

Su piel tenia un aroma diferente, exquisito, algo que me hacia desearla completamente

Ella me empujó, –¿Me equivoque en besarla?–

Sólo la mire a los ojos con impresión, pero Rachel me llevo hasta ella de tal manera que le correspondí al beso ... No quería nada más, solo eso.

Esto no estaba en mis planes, mi frialdad pedía a gritos la necesidad de su calor, su aroma, sus manos suaves y delicadas muy diferentes a las mías. No resistí, la bese como si no hubiera mañana... –¿Qué tal si ella se arrepiente después?–

Quería hacerla mía, la locura abordaba mi alma a la desesperación. Ella era como un tren, cada estación  de su cuerpo me hacia pedir más y más.

La cargué en mis brazos llevándola al mueble, ni siquiera le pregunte si quería estar conmigo.

Aguarda ... Ni siquiera pensé en preguntarle, solo quería tenerla pero ella no se resistía; completamente se entregó a mi.

Aunque lo hubiera evitado no pude hacerlo, observe su cuerpo; cada parte de ella.

No quería ser agresivo pero mis labios ansiaban probarla mientras  mis manos bajaban tocando cada parte de su piel, comencé desde sus labios llegando a sus senos... Amaba disfrutarla.

Su abdomen era perfecto, una piel bronceada, nunca imaginé estar con una chica latina pero Dios... sus caderas me enloquecían. 

Su cuerpo era mi paraíso prohibido, no quiero que sea de nadie más así que deje marcas en su cuerpo mordiendo con delicadeza.

Baje de su abdomen llegando hasta la zona sur de su exquisita piel, mi lengua penetró sobre ella apasionadamente, cuando sentí sus labios inferiores besé en formas de círculos...  lo que causó en ella gemidos.

Note que trataba de evitarlos, mordía sus labios lo que causaba en mi satisfacción... empuñaba sus manos en el mueble tratando de evitar los gemidos.

 empuñaba sus manos en el mueble tratando de evitar los gemidos

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