Y se fue, se fue como todos los demás. Como cuando pones demasiada presión en una bomba y solo explota. Así es como se fue. Tal vez presión, tal vez ansiedad, tal vez cansancio. Cansado(a) de buscar la felicidad. De buscar una solución a un problema casi imposible de resolver. Y cansa, cansa saber que se fue y que siempre se van. Pero duele mucho más de lo que cansa, duele porque quería que se quedará. Pero esa es la cosa, no siempre se obtiene lo que uno quiere. Es más, casi nunca obtienes lo que quieres, solo te conformas con lo que te dan. Por eso cuando obtenemos lo deseado damos lo mejor para mantenerlo y cuidarlo. Por lo menos la mayoría. Ahora, también está el caso que diste cada suspiro de ti, cada palpitación, cada todo y como quiera se va. Como ella se fue...por cosas de la vida, tal vez por cosas del destino. Y duele, duele porque esa sonrisa era conocida. Es como cuando decides correr en la lluvia, esperando enfermar o ni eso. Pero cuando como tal enfermas, te choca, porque no esperabas que te sintieras tan mal. Uno pierde tanto y ve con el tiempo tanto irse que uno mismo se acostumbra a perder y a muy pocas veces ganar.
¿No muchos se quedan sabes? Muchos se van, muchos se pierden, pero también hay muchos que deciden quedar. ¿Porque? Honestamente tal vez es por ser ingenuos, sabra el universo si hay algo más bello que esto y nosotros creyendo que esto lo es todo. Pero quédate...quédate porque sabes que eres mucho más fuerte de lo crees. Quédate y lucha.
Te invito a quedarte, porque se que muchos se van...
