¡Eso no tiene sentido!

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–Deku-kun, ¿Vamos con Iida-kun a desayunar? —Preguntó una alegre Ochaco, inclinándose para así ver a su amigo de cabellos verdosos, que aún se encontraba en su asiento.—

–¿Eh? A-ah si, claro, vamos, Uraraka-san. —Izuku respondió de una forma nerviosa debido a la cercanía de la castaña, que por su parte, al darse cuenta de este hecho se alejó con las mejillas sonrojadas.—

Ambos jóvenes procedieron a salir del salón de clases para así dirigirse a la cafetería en donde se encontraba Iida esperándolos, probablemente acompañado de Todoroki.

Sin embargo, una mirada rubí los siguió hasta que ambos salieron del aula. Katsuki Bakugo les observó elevando una ceja, la actitud de ambos le parecía de lo más absurda, ambos parecían tener sentimientos mutuos pero hasta donde él sabía, ellos no eran novios.

–Bro, ¿Nos vamos? —Preguntó Kirishima acercándose al rubio.—

–Ajá. —Fue lo único que dió como respuesta antes de levantarse de su asiento y salir del salón sin esperar al pelirrojo.—

Al llegar a la cafetería, por primera vez se aseguró de que su grupo se sentara en una mesa cercana a la del grupo de Midoriya, con la intención de poder apreciar desde un buen ángulo a Midoriya y Uraraka.

Si, Bakugo no podía saciar su curiosidad.

El almuerzo del grupo del peliverde era tal y como lo imaginaba. . . Aburrido.

Bueno, era obvio que había una gran diferencia de aquel grupo con las personas con las cuales Katsuki se juntaba, pues mientras el rubio ceniza los observaba, Kaminari y Ashido se peleaban por el último emparedado, Sero animaba a ambos a seguir peleando y Kirishima intentaba calmarlos en vano; en pocas palabras, un desastre total.

Justo cuando pensó que no pasaría nada interesante con el grupo al cual Katsuki estaba vigilando, Bakugo pudo apreciar como Izuku y Uraraka  de vez en cuando se miraban mutuamente cuando uno se encontraba distraído, y cuando sus miradas chocaban entre sí ambos desviaban la mirada.

Tan ridículos, pensó Katsuki.

Era más que obvio que se gustaban y ninguno daba el primer paso. . . ¿¡Por qué!?

Aunque, no iba a negar que le resultaban un poco tiernos. Definitivamente se estaba volviendo loco.

O tal vez sólo era la loca imaginación de Bakugo, después de todo, Izuku era bastante tímido con cualquier persona, y nunca había visto a Uraraka comportarse de una forma grosera con alguien, era puro amor y paz con todos, por lo que tal vez lo el que creía que era un trato especial hacia el peliverde, era pura amabilidad por parte de la castaña.

De seguro era su imaginación. . .

–Deku-kun, deberíamos de llegar antes al salón de clases, si llegamos tarde Aizawa-sensei nos castigará. —Habló la castaña, en general hacia los chicos que la acompañaban, aunque en realidad sólo había pronunciado el nombre del peliverde.—

–Tienes razón, Uraraka-san. —El peliverde le regaló una sonrisa amable y gentil, sonrisa que hizo sonrojar por completo a la castaña.—

Ni una mierda, Katsuki no era ciego ni estúpido. Esa no era su imaginación, algo sucedía entre ellos dos.

–Bro, ¿Nos estás escuchando? —Bakugo oyó a Kirishima realizar dicha pregunta, que era más como un reclamo, a pesar de no ver al pelirrojo, podía jurar que este estaba haciendo un puchero.—

–No, cállate. —Respondió el rubio agresivamente.—

En estos momentos, algo más ocupaba  por completo los pensamientos de Bakugo Katsuki.

Operación DekuRaka [Boku no Hero Academia] {PAUSADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora