Sin Escapatoria

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Me desperté... era una noche perturbadora y pesada. No podía recordar nada de lo sucedido y todavía no podía ver bien. Quería moverme pero mis manos y mis piernas estaban atadas con unas cadenas grandes. Sentía mi cuerpo pesado y adolorido, como si hubiera sido maltratada, gorpeada durante muchas horas. Mis ojos estaban ardiendo y mis mejillas llenas de lagrimas. El aire estaba humedo, había calor, tanta que sentía mi cuerpo sudar, pero estaba temblando como si hubiera frío. Podía ver una ventana habierta de lejos, o ¿Era una puerta?... solo sé que alguien se aproximaba a mi. Era un hombre, tenía un cuchillo en la mano, que en cada paso que daba, acercaba más y más el cuchillo hacia mi. Mi corazón latía tan fuerte, tenía una sensación de muerte indescriptible. Pero él paró, me llevó arrastrada con las cadenas hacia el sotano.

-¿Quién eres y qué estoy haciendo aquí?

Apenas le pude preguntar mientras me arrastraba, no tenía fuerza ni para defenderme.

Una vez llegando al sotano, me tiró a una silla sin nada de cuidado, y aún tenía las cadenas amarradas a mi muñeca y en mis pies, pero no le dio importancia, él sabía que no podia moverme, así que no le vió el por qué de agarrarme. El sotano estaba llena de herramientas torturadoras, cada una para matar de diferentes formas a un ser vivo, hasta daba escalofríos pensar lo que haría con migo.

Él estaba distraído mientras elegía cual herramienta usar. Quería aprovechar para moverme rapidamente y salir del sotano... pero era imposible, siemplemente podía esperar a que me extrangule sin piedad, ya no reconocía la esperanza, o si en verdad tenía.

-Por favor, dime lo que harás con migo. Solo quiero irme a mi casa, no aguanto la desesperación y la agonía, dejame ir te lo suplico.

Lo unico que me quedaba era pedir piedad. Él no me respondió

Bien, ahí me decidí. No podía esperar a que me responda, así que me preparé e intenté salí corriendo hasta llegar a la salida. Él se percató de que quería salir, me siguió rapidamente y me logró alcanzar, yo no me quería rendir, intente defenderme dandole patadas, pero él me jaló por las cadenas y me tiro por las escaleras. La ultima gota de fuerza que me quedaba la utilicé para que me soltara, pero el me agarró de los brazos y me inyectó con una droga rapidamente. Fuí tranquilizandome cada vez más, pero aún tenía la idea de escapatoria. Aún sin esperanzas, no quería rendirme y morir.

Cuando me desperté el estaba afilando sus cuchillas, estaba llorando.

-No entiendo por qué... ¿Por qué?.. yo soy la que debería llorar, ¡¡no tu, niñita cobarde!! Ven y enfrentate a mi sin las cadenas, ¡Rápido!. Ven a saber lo que se siente que te agolpeen y que te amarren con cadenas.

Le dije mientras me intentaba desamarrar. El aún no me dice nada, solo se para y se seca las lágrimas. El comenzó a reír como un verdadero psicópata, como si el vive para matar, como si disfrutaba hacerlo. Su risa daba miedo, escalofrios y un sentimiento negativo y pesado.

Fue rápido, lo puedo describir con solo unas cuantas palabras. Lo que no puedo describir, lo que se sintió... La muerte.

Paró.
Se aproximó a mi.
Me agarró.
Me... apuñaló,
Una y otra, tras otra, tras otra vez.
Solo mis gritos...
Solo mis gritos me acompañaban esa noche.

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⏰ Última actualización: Nov 04, 2018 ⏰

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