Fábrica de miel

3.3K 482 49
                                    

Su cuerpo se sentía extraño, algo andaba mal, algo no era normal, ni siquiera aunque tuviera su celo. Tal vez su necesidad apabullante era solo producto, de que tenía al Alfa de sus sueños sobre sus caderas, ejerciendo presión y calor placentero, que las mantenía en constante movimiento. Estaba tan excitado, oleadas de placer provenían de cada punto que chocaba con la piel contraria. Eso lo tenía tan abrumado, que solo le quedaba jadear, tratando inútilmente de tomar más del aire que parecía no llegar a sus pulmones.

— ¡Yo-Yoon-GI! — la imagen del Alfa en esa comprometedora posición, en la cual ni haciéndole una felación se veían sumiso, por el contrario, el férreo control sobre los muslos del Omega, que lo mantenían expuesto y accesible a todos los deseos del Incubo, lo hacían sentir que aun recibiendo estimulación y placer, estaba allí únicamente para el deleite del Felino.

Los ojos ámbar del Leopardo volvieron, dedicándole una mirada lasciva a su presa. Recorrió con hambre, desde la punta llorosa del pene del Omega, pasando por el bonito cuerpo todo agitado; hasta la expresión de un hombre desesperado, con la mirada nublada de lujuria, y las mejillas tersas como dos apetecibles manzanas rojas. A Yoongi le encantaba lo que miraba, por lo que no tuvo reparos en sonreírle perversamente, mostrando sus colmillos a la par que su lengua hacía un leve y corto recorrido por el labio superior propio, extendiendo el dulce sabor natural de Namjoon solo un poco picante por el sudor.

—Dámelo, lo quiero, lo necesito— susurro ronco contra el sensible miembro, delimitando el frenillo con la lengua antes de introducirlo hasta el fondo y con fuerza de nuevo en su boca. Namjoon quería preguntar a qué se refería, pero la sensación de placer era incontenible, ahogaba todas sus palabras que se liberaban en incomprensibles gemidos.

Los ojos posados en él brillaban, atravesando su alma, vigilando que fuera testigo de cada caricia sobre su erección. Yoongi sacaba hasta la punta para chupar alrededor de la cabeza, lamiendo el orificio en medio, para luego tragar, yendo sorprendentemente todo el camino hasta la garganta, tragando alrededor del glande a la par que acariciaba los cargados testículos. Namjoon tembló, curvándose para embestir con más ahínco la boca del Alfa. Gimió largo y tendido, como en un trance a la par que escalaba el placer, sintiendo como pesaba en su vientre en una espera ansiosa que parecía prolongarse tortuosa, hasta que por fin estalló, liberando su cargada esencia directamente en la garganta del Felino.

—Lo siento— el Oso tuvo que cubrirse el rostro, tan avergonzado por haberse venido sin avisar, sabía por las experiencias que le había contado Tae, que solo los amantes descuidados no tenían esa consideración, más si se efectuaba una garganta profunda.

Para su sorpresa, Yoongi se encontraba relamiéndose los bigotes, viéndose extremadamente sexy y saciado —Sabe delicioso, un alimento dulce y concentrado directo de la fábrica.

Namjoon trato de alejar la lujuria que ha estado apañando sus pensamientos, necesitaba respuestas a este extraño comportamiento — ¿Qué está pasando, es alguna clase de juego de rol? Es bastante pervertido, eres un incubo y ahora te alimentas de los fluidos vitales de otros— el Omega extendió su mano, para tocar levemente uno de los cuernos, se sentía pesados y de una textura rugosa, no como cualquier adorno plástico o de cartón. Eso lo asusto un poco.

El rubio adelantó su cabeza y se frotó contra la mano de Nam, como si fuera un animal mimoso que acepta cariño, pero también caprichoso porque movió el rostro, indicándole que quería que acariciara de igual forma su cabello — ¿Aún no te das cuenta? Es real, como tú, solo por esta noche.

—Real...quieres decir ¿real en serio? Porque no me siento tan diferente— sin saber si en ese estado se podía referir al Leopardo como tal, pero sintiendo que aceptar que era un incubo, sería muy sucio.

Elijo travesura /Sugamon (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora