Capítulo 1: Aquelarre

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Los bosques siempre han escondido más de un misterio, algunos más peligrosos de lo que cualquiera pudiese haber imaginado jamás. En uno de estos siniestros y mágicos lugares se escondía uno de los mayores aquelarres de brujas de todo el mundo, posiblemente el más poderoso, y todo gracias a su selección de elegidas cuyos poderes eran imposibles de superar por cualquier otra bruja.

La joven Yeri era la última en unirse a dicho grupo, la quinta de aquel siglo, pero eso no quería decir que fuese la menos especial, ni tampoco la más débil. Su personalidad afable y siempre animada era lo que más destacaba entre el resto de las brujas dentro de su aquelarre, pues la gran mayoría se veían más bien tristes y apagadas.

ㅡ ¿Qué encantamientos practicaremos hoy? Estoy ansiosa por aprender a comunicarme con los animales, seguro que tienen muchas cosas que compartir con nosotras ㅡ. A pesar de ser tan especial, tan diferente al resto, era la más querida entre sus cuatro compañeras, sobretodo para Wendy, quien la trataba como si fuese su propia hermana.

ㅡ Seguro que te llevarías bien con las ardillas, sois igual de parlanchinas ㅡ. Siempre iban juntas hasta el lugar de reunión que utilizaban para practicar cada día, pues vivían una muy cerca de la otra, e igualmente Yeri siempre corría a esperar a la mayor en la puerta de su casa cada mañana, sin faltar una.

No tardaban más de diez minutos en llegar a su destino, donde habitualmente las tres miembros de la élite restantes ya las estaban esperando, pero aquella mañana faltaba todavía una de ellas, algo realmente inusual, pero tampoco le dieron demasiada importancia, pues aun era temprano.

ㅡ ¡Buenos días! ㅡ La menor mostró una enorme sonrisa dedicada a sus dos compañeras.

ㅡ ¿Es que nunca te levantas cansada, pequeñaja? ㅡ Irene, la más mayor de las cinco, tenía la costumbre de llamarla de aquella manera, siempre con una sonrisa, de manera cariñosa.

ㅡ No puedes aprovechar bien el día si estás cansada ㅡ. Yeri enseguida se acercó hasta la mayor y se abrazaron afectuosamente, mientras Wendy y Seulgi, la cuarta del grupo, se saludaban con otro abrazo.

Tardaron unos pocos minutos más en saludarse como era debido las cuatro, y entonces se reunieron en el centro del lugar, un claro en el bosque rodeado por cinco árboles, los que simbolizaban a cada una de las chicas, diferenciándose claramente el que representaba a Yeri, pues este tenía una altura y una madurez mucho menor que los otros.

ㅡ ¿Joy no va a venir hoy? ¿Es que está enferma o algo así? ㅡ La menor empezaba a preocuparse mientras que sus compañeras todavía se mostraban totalmente tranquilas.

ㅡ Seguro que el consejo de sabias la requería para algo y por eso se está retrasando, no creo que debamos preocuparnos ni impacientarnos ㅡ. Seulgi siempre destacaba por ser la más sensata y tranquila de todas, aunque en ocasiones ella era mucho más alocada e imprudente que las cuatro restantes en conjunto, lo que servía como una burla cariñosa para sus amigas y el resto de brujas.

Se mantuvieron a la espera primero durante unos veinte minutos, luego pasaron a ser treinta, cuarenta...Y cuando se dieron cuenta, una hora había quedado atrás, y Joy no había aparecido. Intentaron contactar con ella telepáticamente mediante un par de hechizos, pidiendo ayuda a los animales del bosque, a los árboles, a la propia madre tierra, pero nadie parecía saber nada sobre ella.

ㅡ Ella siempre responde a nuestras llamadas...ㅡ Wendy dirigió la mirada hacia Irene, esperando que ella supiese qué hacer, ya con una notable preocupación en su rostro.

ㅡ También nos habría avisado si se fuese a retrasar tanto; no es nada propio de Joy hacer esto, sabría que nos preocuparíamos por ella ㅡ. Incluso la voz de Irene sonó preocupada, provocando que todas se mirasen con la misma preocupación, sin saber muy bien qué hacer.

Yeri no pudo evitar cogerse de la mano de Wendy, con bastante fuerza, temiendo lo peor, teniendo que consolarla la mayor mediante unas caricias en la cabeza, a pesar de estar ella en el mismo estado que la más joven.

ㅡ No perdamos la calma; volvamos con el aquelarre y hablemos con las sabias, seguro que ellas saben lo que hacer en casos así ㅡ. Todas asintieron casi de inmediato a las palabras de Seulgi, que fue la primera en iniciar la marcha de vuelta a casa.

Las cuatro caminaron juntas en todo momento, cubriéndose las unas a las otras, por las posibles amenazas que pudieran aparecer. Les habría gustado encontrarse con su amiga por el camino, recibiendo una disculpa de la contraria por haberse retrasado sin avisar, terminando con un abrazo grupal y olvidándolo todo para continuar el día como acostumbraban; pero no fue así, Joy seguía sin aparecer.

Preguntaron a sus compañeras una vez llegaron al asentamiento en el que se encontraban todas las brujas de su aquelarre, incluso en la casa de la propia Joy, pero nuevamente no había rastro de ella.

Se apresuraron lo máximo posible en dirigirse hacia el lugar de meditación de las sabias del aquelarre, explicando la situación a las brujas guardianas y pasando así a entrevistarse con las mayores prácticamente de inmediato, provocando que la preocupación se extendiese por todo el asentamiento.

ㅡ ¿Joy ha desaparecido? No puede ser verdad...Debe de haberse comunicado con alguien, jamás se marcharía sin avisar ㅡ. La portavoz de las mayores fue la primera en mostrarse preocupada, dando a entender que ellas no habían llamado a la quinta para una reunión u algo parecido.

ㅡ Tampoco responde a nuestras llamadas ni la han visto en el bosque, pero sí que la vieron salir temprano de casa como todos los días; debe de haberle pasado algo ㅡ. Irene, al ser la mayor de las cuatro, actuaba de portavoz por parte de las jóvenes, intentando mantenerse calmada, aunque realmente por dentro estaba atacada.

Las sabias se dedicaron varias miradas, intentando buscar una explicación para toda aquella situación, mientras que las cuatro chicas se cogían de las manos fuertemente, intentando darse apoyo y fuerza mutuamente, deseando al mismo tiempo que su amiga estuviese bien...Sana y salva, y que regresara pronto a casa, con ellas.

...

En lo más profundo del bosque se encontraba una oscura caverna de la que nadie sabía prácticamente nada, pues la oscuridad que en ella dormía se podía percibir incluso por aquellos sin acceso a ningún don mágico. En varios siglos nadie se había atrevido a adentrarse en ella, ni siquiera a acercarse a menos de cien metros; hasta que aquel día, una joven tan solo protegida por una fina capa de color blanco se atrevió a adentrarse en la gruta.

ㅡ Me estás llamando, lo oigo...Tan solo espérame un poco más, enseguida estaré contigo...Y ya no volverás a estar solo nunca más; te lo prometo ㅡ. Lo que nadie sabía era que Joy podía escuchar la oscuridad, y que la oscuridad quería a Joy más que a nada.

White (Colours #01) [Red Velvet] MFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora