CAPÍTULO 2

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Pov Paúl

Salí de aquella casa hacia el garage en la cuál vivía el mismísimo infierno, agarre las llaves de mi Mustang rojo y salí de garage derrapando las llantas de mi carro rojo solía hacerlo siempre que mi madre me regañaba por la culpa de esa negra que siempre robaba la atención de mi mamá eso me recordaba cuando era nene y mi mamá siempre la prefería a ella sobre las cosas. Salí hacia el centro comercial el cual no estaba tan lejos de casa echaba furia juro que el primero que me hiciera algo explotaría contra el así fuera la cosa más simple lo haria; estoy que me lleva la madre

Narra Mariana

Llegué al centro comercial el cual estaba algo cerca de mi casa no estaba del mejor humor mi periodo había bajado y no era una cosa que me agradara pero habia quedado con mi amiga para comprar algunos útiles para el trabajo  sin embargo esta ya se había retardado al menos 20 minutos de un momento a otro se escucha como un Mustang derrapa quedando como a  30 centímetros de mi  alzó mi vista veo a un chico de al menos 20 años bajándose de aquel carro me acerco a el echa la furia

Que te crees maldito estupido—dije logrando llamar la atención de la gente alrededor

—Nada yo solo estoy en mi país haciendo lo que se me plazca no se tú que migras a países acaso no estás segura en el tuyo maldita negra—grita el chico haciendo que me pongo más furiosa de lo que ya estoy

—a ti que te importa maldito racista que hago o no en esta país que te importa a ti si me siento segura o no—respondo con tanta irá que se cree este que es un maldito don nadie

—que tú me importas no digas idioteces que no van ubicate en tu sitio—solo me limitó a alzarle  mi dedo cordial dando la vuelta para así darle la espalda y gritarle mi nombre es Mariana deja de llamarme negra estupido y salgo de aquel centro Comercial como alma que lleva el diablo a este como que me llamo Mariana Robinson lo iba a ver arrastrándose por mi y pidiéndome disculpas por su cometido

Pov Paúl

Iba llegando al centro comercial derrapando mis llantas me estacióne quedando cerca de una chica me limité a verla y créeme que esto era lo que me faltaba, era una chica de estatura promedio y ni más ni menos que de test negra juro que esto era el colmo solo veo que la chica está se me estaba hacercando y me grito
—¡Que te crees maldito estupido—dijo la chica un tanto altanera logrando llamar la atención de todas las personas a nuestro alrededor y esto me colmó fue la gota que derramó el vaso

—nada yo solo estoy en mi país haciendo lo que me plazca no se tú qué migras países a caso no estas segura en el tuyo maldita negra—grite logrando que la chica se pusiera más furiosa yo no estaba dispuesto a que está se pasará de lista conmigo

—a ti que te importa maldito idiota que hago o no en este país  que te importa a ti si me siento segura o no—grito la chica hasta risa me dió pero no sé lo iba a demostrar—

—que me importas no digas idioteces que no van, ubicate en tu sitio—dije está dando medía vuela levantando su dedo de Enmedio para ofenderme y seguido de un su nombre es Mariana  deja de llamarme negra maldito idiota logrando dejarme con la palabra en la boca, después de la pelea verbal que protagoniza con aquella chica De tez morena no tuve más remedio que salir de aquel centro comercial pues la gente me miraba con rabia ante el comentario que le hice a la chica llamandola negra tomé el carro que había dejado justo en frente de la chica y salí hecho la furia esa tipa en verdad había colmado mi paciencia pasé la salida y tomé dirección hacia un bar de una clase alta y me estacioné ahí llegué y estaba Miranda la chica de mi instituto a la cual media escuela ya se había tirado creí que no me había visto pero que gran decepción cuando la vi que venía hacía mi

—Que milagro verte por aquí Paúl—y si dijo milagro porque yo no suelo venir a estos lugares da tan mala reputación
—Tienes algún problema con eso Miranda digo porque que yo sepa no eres dueña de este lugar—respondi entrando a un grado de estrés no la soportaba era una maldita puta en verdad
—solo preguntaba no te alteres¿Tomamos algo?—pregunto ingenua
—si gracias a eso vine donde estás sentada—dije y ella solo dio media vuelta y empezó a caminar a dirección a su mesa que estaba situada a lado de la barra de bebidas

Miranda me ofreció una copa de Margarita la cual tenía un sabor demasiado fuerte pero para ella parecía agua solo se pasaba un tras otra yo solo la miraba impactado jamás había visto a una chica tomar de tal manera decidí emparejarmele tomé Una tras otra y tras otra y la diversión era lo máximo estaba besando y toqueteando a Miranda ella solo lo disfrutaba pareciendo excitada y no recuerdo más perdí  el conocimiento cuando apenas comenzaba la diversión
Me levanté de una cama la cual no reconocía  estaba que me estallaba la cabeza sin exagerar, estaba completamente desnudo y solo tenía una razón por la cual estar así “SEXO”, volteé hacia un lado encontrándome con Miranda con el cabello en la cara y la boca entreabierta además de un rastro de baba a lo largo y ancho de su mejilla gire más mi vista hacia ella para divisarla bien se encontraba ni más ni menos desnuda tan bajo había caído esta tipa no se con cuantos se a metido y que enfermedades traerá y me revolque con ella valla que bajo caí camine en busca de mis prendas encontrando una por una de una me las puse busque las llaves de mi carro allandolas en la mesita de noche de Miranda y salí de la casa de ella deseando que con suerte no se acordase de lo sucedido aunque no creo porque ella y yo estábamos más que pasados de tragos busqué con la mirada mi carro encontrándolo pasando la calle abri la puerta de mi Mustang y arranque con rumbo a mi casa seguro que me esperaba la peor regañisa por no llegar a dormir

del odio al amor solo hay un pasoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora