Sunhee apenas había regresado a Seúl después de irse a estudiar durante toda su carrera universitaria a Inglaterra, habían sido cinco largos años en los que no pudo ver a su familia y amigos más que por videollamadas. Además, extrañaba muchísimo bailar con su grupo de la academia de baile que, por cierto, no sabía de su situación. Por lo que había oído; lamentablemente cerraron, aunque nunca supo el motivo. Lo primero que haría luego de volver a acostumbrarse a ese horario, sería llamar a Hoseok y a Seokjin para preguntar; tal vez este último no estaba en el grupo de baile, pero... ¡vamos! la chica tenía muchas ganas de ver a ese par.
El tercer día de su llegada fue el primero en que salió de casa a visitar al mayor; ya que sabía que hoy, sábado, él estaría ahí como siempre. Recordaba cada calle al pie de la letra aún, incluso las veces que Seokjin y ella hablaban mientras él salía apenas a comprar pan caliente y Sunhee se preparaba para dormir luego de un horrible día lleno de estrés universitario. No habían cambiado muchas cosas; solo los nuevos edificios donde, por la década pasada, seguían sobreviviendo a la modernización. Incluso vio un enorme centro comercial donde antes un condominio no tan atractivo se alzaba entre las residencias nuevas en ese entonces. Sunhee juraba que estaba abandonado siempre que lo veía, aunque sabía muy bien que no era así. No le hizo falta tomar el transporte público ni sacar su bicicleta para llegar. Apenas vio esos dos enormes árboles que tapaban un poquito la fachada de la casa, caminó un poco más rápido para subir las escaleras que llevaban a la puerta principal. Tocó el intercomunicador, aún sorprendiéndose de lo ridículamente rica que era la familia de su amigo a pesar que ya conocerlo de muchos años.
Sunhee fingió una voz más grave y se alejó de la cámara para que no la reconocieran. Supo que su plan fue un éxito en cuanto Seokjin abrió la puerta con una cara de confusión y, seguidamente, de un grito de alegría antes abrazar a su amiga hasta el punto de sofocarla un poco.
—¡No avisaste! ¡¿Por qué no avisaste?! —fue lo primero que le dijo, más bien, gritó, al oído—. ¡Ah, te mataría en este instante si no estuviera tan feliz de verte! ¡¿Pero por qué no avisaste?!
—No me dejas respirar... —balbuceó, provocando que el chico ahora mucho más alto que Sunhee, la soltara en un instante—. También te extrañé.
Seokjin sonrió ampliamente antes de recibir otro abrazo de Sunhee, la chica se colgó de su cuello y ambos se balancearon d sun lado a otro mientras el abrazo no hacía más que ser mucho más agradable. Fueron cinco años, es una eternidad. Él definitivamente se había puesto más guapo de lo que ya era, su cabello ya no estaba tan claro, se lo había tintado de negro completamente; hace unos meses recordaba verlo rubio en sus llamadas. Parecía que se había ejercitado últimamente, además, sus facción estaban mucho más marcadas que antes, denotando una clarísima diferencia de sus veintisiete años con sus veintidós de antes. Eso no se notaría en la cámara nunca, la mala conexión o los filtros de esta siempre aparentaría que era el mismo de siempre. Pero ahora que lo veía en persona, sí que notaba esos pequeños detalles.
Ya después de ponerse al día con todo lo que había pasado en todos esos meses de poquísimas llamadas y apenas unas en grupo, Sunhee le dijo que llame a Hoseok para que venga a visitarlos. Lamentablemente, apenas se enteraron que se había ido de vacaciones ese fin de semana con su hermana y perro a un club; aprovechando que sus padres estaban también de viaje, pero de negocios.
Seokjin sabía que ella querría ver a los demás del grupo de baile, así que le ofreció acompañarla al nuevo local que habían comprado entre todos con el dinero que usaban para las clases de la academia; al parecer uno de los mayores, Seungmin, utilizó la oportunidad para crear su propia academia allí. Así, mientras los de siempre bailaban, también daban clases para poder pagar la mensualidad del local, a excepción de los que estaban en la universidad, ellos ayudaban con las tutorías. Sunhee se preguntó cómo estarían Jungkook y Youngme, los menores del grupo que ahora seguramente están en la universidad. Muchas dudas cruzaron su mente en lo que Seokjin la llevaba en su auto al local que conocería por primera vez.
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Dance Crew [Short Story; Park Jimin]
FanfictionNo comprendía por qué, pero bailar con ella era tan mágico, tan especial, tan íntimo, que parecía que el destino la puso en su vida únicamente para eso; estar los dos juntos, complementarse y, sobre todo, ser esa persona especial la cual todos desea...