El espejo

Todo comenzó

Jessey tuvo una noche tormentosa, caminaba en medio de la neblina con su boca sangrante, al igual que sus manos y ropa, unas marcas de rasguños en sus brazos y una mirada profunda. Estuvo en una fiesta donde habían drogas, cuando de pronto empezaron a morderse entre sí, algo hizo que se convirtieran en caníbales, curiosamente en medio de aquella sala, había un espejo en donde desde todos los ángulos se reflejaba una imagen de un hombre mezclado con tiranosaurio y garras de león. Cada que los chicos miraban el espejo se asustaban y huían, sin embargo, Jessey cuando lo miró, se intrigó, sentía como que la llamaba, de pronto sus ojos se engancharon con la imagen y aquella imagen empezó a encarnarse en ella, aparecía cuando un hombre se le acercaba a cortejarle, ni en el primer intento terminaban siendo devorados por aquella dama caníbal. Poco a poco empezaron a aparecer más chicas caníbales, que empezaron a pelearse por sus presas, no hubo ningún hombre que haya quedado vivo. Entre ellas empezaron a pelearse y a devorarse despiadadamente.
Jessey tenía poder ante las demás caníbales, era como si desde siempre fue una encerrada en aquel cuerpo de mujer dulce y delicado. Al parecer el lugar y la hora estaban fijados para dejar su máscara y su debut dio mucho que hablar, mientras ella no hablaba solo devoraba a los hombres que mostraban interés en ella, lo único que quedaba de ellos eran ciertas piltrafas en los sitios menos esperados.