Prólogo

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Sinceramente eh sido condenado hace mucho tiempo, ya ni me acuerdo de cuando fue creo que ya hace más de 100 años, muchos se preguntarán ¿100 años? eso no es posible, pues si mi castigo fue ser un condenado vivo en las sombras, vagando por este mundo haciendo sufrir a las personas y ayudando a quien me parece se lo merece.
No soy un alma  perdida, Ni muchos menos un ángel guardián, no soy un demonio, soy un condenado a vivir por siempre y ver el dolor y sufrimiento del mundo.
No solemos ayudar a los humanos, nos divierte más su sufrimiento, yo no eh conocido a nadie que se merezca realmente mi ayuda o eso creí hasta que un día apareció ella una hermosa humana que portaba un corazón tan puro y al mismo tiempo tan roto

El Condenado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora