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¿Alguna vez creíste que estar cerca de Jackson Wang era tener una vida tranquila?

Qué ingenua eres, mi amor

Esa voz se repetía en mi cabeza constantemente. Y es que era un hecho que mi vida había dado un vuelco desde que ese apuesto caballero se había metido en mi camino.

*Flashback*

Mi teléfono sonó a eso de las tres de la madrugada, no entendía quién se atrevería a perturbar mis sueños, lo mataría. Pero yo no era así, era bastante tranquila y necesitaba ver quién era tan insistente como para despertarme a esa hora, podría tratarse de una urgencia.

De: (desconocido)
Para: Angie
Puedes venir al edificio de la calle West, por favor? Necesitamos entrar a la sala donde se tomará la sesión de fotos para GOT7.

—¿KOMOOO DICES?—lo grité de la nada. Quién haría ese mensaje!?

Parpadee un par de veces, tenía que ser una broma, quién y para qué querría eso.

El teléfono sonó, era el mismo número y casi se me cae el teléfono por haberme sobresaltado.

Lo atiendo.

—Soy JB, por favor Angie, ayúdanos.

¡ERA JB! —JB ssi, qué sucede.

—Por favor, Jackson está muy borracho y si lo sacamos a la calle alguien de dispatch podría verlo.

—Voy inmediatamente.

No lo pensé dos veces, colgué y fuí a ellos, llevé mis llaves, yo tenía una copia de los cuartos del edificio donde usábamos para las sesiones de fotos. Agradecí enormemente vivir cerca de la calle principal donde me tomaba un taxi todos los días a todas horas.

Traté de usar una ropa menos formal, unos jeans negros con una camiseta manga larga blanca y usé mi gomita de cabello para hacerme un rodete alto. Odiaba pensar que Jackson me viera así toda normal, pero si estaba borracho no lo recordaría.

Pagué el taxi y me adentré al interior del edificio, en el piso 30 estaban, JB, Youngjae, BamBam junto a un Jackson borracho.

—¿Qué sucedió? — inquirí sin saludarlos.

—Tomó demasiado y cuando nos descuidamos salió a la calle—, explicó JB.

—Se tambaleaba llamándote—dijo BamBam, yo me aterré.

—Creímos que entonces sería bueno llamarte —ese fue Youngjae.

—Pudimos meterlo aquí sin que nadie nos notara, y por eso te llamamos—confesó JB.

Por un momento empecé a creer que Jackson les había contado que habíamos follado.

Vayanse de mi cabeza pensamientos vergonzosos.

Traté de mentir lo mejor que pude, y pedí su explicación de cómo habían conseguido mi número. Pareció que leyeron mis pensamientos.

—Tú número estaba en el celular de Jackson —Youngjae, creo que era la primera vez que Youngjae me miraba con picardía, qué tierno. Y maldito.

—No sé porque—mi gran mentira, uy sí, denme un premio—. De todos modos, entremos y después hablaré con Jackson.

Dije eso y usé la llave para entrar al interior del lugar, afortunadamente, no había nadie a esa hora y podíamos callar a un Jackson borracho que había estado balbuceando estupideces desde que había llegado.

JB dejó a Jackson en un sofá cercano y entre que BamBam llamaba por teléfono y Youngjae le daba indicaciones, aproveché para admirar la nueva decoración de la sala de fotos, era... Extraña. De color rojo y blanco, en una mesa a la que me acerqué, pude notar colmillos, estacas y alguna que otra capa.

—¿Vampiros?—me lo pregunté en voz alta.

—Oye Angie—JB me hizo voltear—, cuídalo un momento, vamos a buscar algo, por favor que no se vaya.

Asentí ante sus palabras y los tres chicos desaparecieron cerrando la puerta tras de sí.

Bien, me había quedado a solas con Jackson, y tenía que saber de dónde había robado mi número. Caminé rápidamente a él y se levantó, un poco mareado pero me miró y dijo:

—Angie, mi amor, ven aquí—estiró sus brazos para tomarme pero cayó al sofá rapidísimo. Cosa que me hizo mucha gracia. Pero no me reí.

—Idiota—lo tomé del cuello, él sonreía—¿por qué tienes mi número?

—Angie, eres hermosa—y volvió a reír.

Me llevé una mano al rostro en señal de frustración y lo empujé al sofá. El cuerpo de Jack cayó en seco. Retrocedí, quería matarlo. Mi rabia empezaba a salir.

—Angie vamos a hacerlo aquí.

Esa voz ronca pidiendo sexo.

¡No te dejes engañar!

—No, Jackson.

En cambio él no me oyó y me jaló al sofá, se fue encima mío, esa sonrisa provocadora era fervientemente atractiva. Pero el olor a alcohol me hacía querer salir corriendo.

Levantó su dedo índice y me hizo señal de silencio —. Te lo voy a meter, ahí — señaló mí zona genital.

Pervertirijillo

—Aquí no, y hoy no, aléjate—le pedí, mis mejillas quemaban.

—Pero Angie—dijo y tomó mi rostro para obligarme a mirarlo. Su rostro se acercaba a mí y lo dejé hacerlo, fue directo a mi cuello y usó su lengua para dar un solo lengüetazo lenta y vorazmente, como si fuera a morderme luego.

Me mordí el labio intentando reprimir con todas mis fuerzas mis ganas de pedirle que me hiciera suya de nuevo.

Luego se alejó y recordé que los demás chicos regresarían en poco tiempo.

—Jack, esto no está bien. Dejémoslo ya.

En cambio él no me hizo caso, de nuevo, y empezó a desabrocharse el pantalón, me sentí nerviosa.

—Jackson, no.

Quería escapar pero borracho y todo me sostenía fuerte contra el cuero del sofá.

—Te gustará.

Algo me hacía preguntarme si realmente estaba borracho. Pero viendo que no se podía desabrochar el pantalón... ¡Qué gran idiota!

—Te prometo que no te olvidarás de esto, Angie—. Aseguró él, borracho.

El ruido de la puerta querer abrirse me hizo empujar al chino y correr lejos de él. La adrenalina me había dado fuerzas.

—Jackson, déjate eso—susurré por lo bajo.

Luego todo GOT6 entró por la puerta y al mirar a Jackson, él yacía acostado en el sofá como si nada. Yo sentía mis mejillas rojas y me estaba muriendo, pero él estaba tan tranquilo que me hizo enojar.

—Gracias Angie, nos has salvado—JB era tan profesional.

—No fue nada, tengan cuidado—, le regalé una de mis mejores sonrisas.

—Ahora nos lo llevaremos y podrás estar en paz y volver a dormir.

—Gracias JB. Ha sido divertido.

Y vaya que lo fué, tenía que admitir que ver a Jackson borracho era gracioso. Pero me pagaría eso de que tenía mi teléfono entre sus contactos.

*Fin del flashback*




Ya era el día de sesión de fotos, tendría que ayudar a Melissa como siempre, por lo que vería a los chicos.

Me paré al lado de la puerta esperando su entrada, como siempre y no pude evitar contentarme con la idea de que los volvería a ver, una vez más.

Ellos me vieron y me saludaron cortésmente, igual que Jackson, pero él en particular, me regaló un guiño coqueto. Yo no reaccioné, solo lo saludé como si nada.

Caminé hasta Melissa y ella me dió las instrucciones necesarias de qué hacer ese día.

—Quiero que busques las brochas de allá y me las dejes en la mesa frente a BamBam y a Jackson, voy a empezar con ellos.

—Claro Melissa.

Diablos

Ahí estaba yo, dejando las brochas frente a esos dos, los miré de casualidad y ambos me sonrieron, los imité y proseguí con mi trabajo. Trataba de mantener la calma, quiero decir, aún eran personas medio extrañas para mí, aunque los hubiera ayudado la noche anterior. Bueno, todos menos...

—Jackson, es tu turno.

El recién nombrado se levantó de su lugar y eso me hizo sentir más aliviada, sentía que el lobo se alejaba de su presa un momento. Así se sentía, y es que algo me decía que tendría nuevamente un encuentro íntimo con él. No ese día pero tal vez luego. Traté de no pensar en eso, me ponía nerviosa. Él prácticamente me hacía lo que quería.

Hubo algo que hizo que me muriera de intriga, y es que cuando el fotógrafo iba a hacer las fotos grupales, fue a buscar algo porque no se convencía de la utilidad de su cámara. Y fue ahí cuando los vi cuchichear y mirarme ¿Estarían hablando de mí? Además Jackson sonreía.

Te voy a matar si es lo que creo, pensé mientras me mordía el labio inferior, tratando de contener mi furia.

—Angie, ven aquí—Melissa me hizo señas—. Escúchame, tengo un compromiso de última hora.

Yo la miré aterrada, ella no lucía feliz—. Te ayudaré en lo que sea —. Y era verdad, es que a pesar de que no fuéramos cercanas, Melissa no era fácil de convencer y había buscado entre tantas chicas para el trabajo y yo había sido la elegida. Sentía que era mi deber ayudarla.

—Gracias Angie.



×××



Cuando la sesión de fotos acabó, debí quedarme para cerrar el lugar y guardar cada cosa en su lugar. Era agotador pero Melissa debió irse por temas familiares.

Al finalizar cada sesión de fotos te puedes encontrar brochas por todos lados, colores, labiales, etcétera, esparcidos por todo el lugar. Es lo normal, mientras el fotógrafo ya se iba, yo seguía ahí, juntándolo todo. Un labial escapa de mis manos, llegó al piso pero ya alguien lo había tomado ¿Cómo no darme cuenta a quién pertenecían esas venas resaltantes?, esas manos gruesas, grandes, que sabían tocar a una mujer.

—Al parecer Melissa se fue —, me pasó el producto y sonrió.

—Sí, así es—. No quería hablarle mucho, los demás seguían ahí y eso me ponía nerviosa.

—¿Te ayudo con lo demás?

Lo miré y noté que de verdad lo iba a ser, se veía sincero y limpio. Negué con la cabeza.

—Tú solo ve con los demás, y yo me encargo —. Le sonreí.

—¿Hasta qué hora vas a quedarte?—ok, eso sonó con doble sentido.

No podía respirar, quería y no quería responder eso —. Termino esto y me voy.

Ambos nos levantamos del suelo.

Jackson me miró serio, parecía que buscaba más palabras para alargar nuestra conversación, y yo quería escapar. Pude admirar como al fondo los demás guardaban sus cosas y ya se disponían a irse.

—Te llamaré—, ese guiño al final no me sorprendió. Ya era algo común en él, y usarlo conmigo significaba una cosa.

—Tal vez esté ocupada—, respondí dando media vuelta.

—O tal vez no.

Qué insistente eres Jackson Wang


Lo ignoré y continué con mi trabajo, sabía que Jackson podría volver en algún momento, por lo que me apuré a acabar.

¿Debería decirle que sabía lo de la noche anterior y que además había tenido un comportamiento totalmente horrible conmigo?

Deja de pensar tanto y vete.

Me voy.

Seguido tenía conversaciones conmigo misma y ese día no era la excepción. Cuando acabe tomé mi mochila y ya iba directo a la puerta, pasé por el pasillo y atravesé una cortina para llegar a la tan ansiada puerta que me dejaba fuera del sitio.

¿Adivina quién te espera en la puerta?

Maldición.

Jackson Wang estaba recostado por la puerta como esperando algo o a alguien.

Mi presencia lo tomó por sorpresa pero sonrió al verme. Yo intenté parecer neutra. Mis pasos se redujeron a mí zapato palpando el suelo varias veces, produciendo un sonido en señal de enfado.

Lo miré de arriba abajo y él hizo lo mismo. Tenía puesta esa chaqueta de cuero, sus zapatillas fendi, el pantalón negro, la gorra Nola y los anteojos de sol.

—Señor Wang, quiero pasar —, le manifesté con los brazos cruzados.

—Tengo que hablar contigo—, aseguró juntando sus manos— por favor🙏

—No tengo tiempo—articulé sin mirarlo directamente.

—Está bien, tengo tú número.

Lo miré horrorizada luego de oírlo decir eso.

—¿De dónde lo sacaste?—exigí levantando la voz.

—Bueno, es que—. Se rascó la nuca—, fue el día que te llevé al hotel. No lo pude evitar.

—Jackson Wang eres increíble—mi tono de voz no bajó y separé mis brazos—, sólo déjame pasar ¿Sí? Y lo olvidamos todo.

Él se movió dispuesto a dejarme pasar, pero primero interrogó:

—¿Podemos juntarnos a hablar?

—No.

—Por favor—sonrió coqueto y pestañeando los ojos.

—No Jackson, ya sucedió una vez y no volverá a pasar—. Aseguré moviéndolo de su sitio para irme, llegué a abrir la puerta cuando él tomó de mi muñeca.

—Tu documento está en mi poder.

La puerta sonó furiosa, pues la había cerrado con tal ímpetu, que no era normal en mí.

Yo lo miré furiosa mientras él parecía querer reírse de mí, y cuando empecé a caminar hacia él en modo asesino serial, el muchacho retrocedió y echó un pequeño grito. Así como suele hacerlo en los videos cuando se asusta.

—¡Me lo vas a devolver Jackson Wang!—, le grité eufórica golpeando su pecho.

—¡Lo haré! ¡Lo haré!—gritó alejándose de mis golpes. Más bien corrió.

Me detuve en seco un momento y suspiré, estaba tratando de no matarlo así que me llevé la mano al rostro enseñando la maldita frustración que tenía encima.

Él me miraba intrigado.

—¿Sabes qué? Olvídalo—, le dije y fui hacia la puerta.

Quería irme, me sentía histérica, podía quedarse con ese maldito documento y yo me haría otro, fin del caso.

Pero todo ese pensamiento valió madres porque Jackson me tomó del brazo y me volteó obligando a mirarlo.

—¿Sucede algo? ¿Te hice algo?


Pero que pregunta tan idiota


—¿No recuerdas nada, verdad?—. Él me miró confuso y al cabo de unos segundos negó con la cabeza. Yo suspiré.

—¿Podríamos hablar en mi apartamento?

Temía que fuéramos a terminar bajo las sábanas, ¿pero qué opción tenía? No era fácil tener que hacerme un documento nuevamente, en un país extranjero como Corea. Ni hablar de los problemas que tendría, y el dinero que gastar para lograr eso.

Eres una imbécil ¿Sabías? Me auto maltraté mentalmente.

Jackson me había tomado de la mano y la estaba acariciando ¿Pero qué mierda le pasaba a ese chico? Podía ser tan tierno, dulce y luego... Volverse fuego.

—Si vas, de paso te sirvo algo para que estés mejor ¿Quieres?—, sus ojos, sus manos rozando la mía en un tacto tan dulce...

Little and Dark Fantasy - Jackson WangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora