Nerd¿Quién creo esa palabra? ¿Quien definió su significado? Información completamente desconocida y seguramente jamás nadie vaya a saberlo. La definición fue cambiada a lo largo del tiempo, siendo interpretada de muchas maneras distintas hoy en día.
¿Era justo llamar a alguien con lentes de nerd? ¿Alguien que es bueno en los estudios es un nerd? ¿A alguien que no le gusta las estupideces de los bravucones? Hoy en día, todo era motivo y razón para llamar a alguien así. Pero no para él.
Bakugō Katsuki era un nerd.
Oh bueno, eso decían. Por el hecho de usar lentes y tener buenas notas le han puesto esa etiqueta, a pesar de no ser para nada el tipo de personas que serían mínimamente consideradas aquello. No era alguien tímido, no era alguien débil y no era alguien educado. A pesar de que a Katsuki poco le importara estudiar, simplemente le daban bien las materias, o como el solía decir; Los demás eran muy estúpidos, nada más.
No era un nerd.
Pero la gente se empeñaba en llamarle así.
Bakugō Katsuki era jodidamente violento e inflexible, un chico explosivo que podría matarte tanto con sus venenosas palabras que parecían escupidas con odio a sus destinatarios, como con sus puños, que parecían estar siempre listos para darle su merecido a quien osaba molestarle. Era impaciente, intolerante, boca sucia, fuerte, engreído, orgulloso, egocéntrico, mal educado, mal genio, un tremendo hijo de puta, mal hablado, irrespetuoso, explosivo y destructivo. Era todo lo malo que podía existir, menos un nerd.
Y aquello solo una única persona lo noto; Kirishima Eijirō vio la realidad atrás de aquellos cristales que refugiaban dos pares de ojos rubíes que parecían brillar de una manera especial cuando lograba superar un difícil desafío, aquella sonrisa burlona, ácida y venenosa que entregaba a quien osaba de acabar con su paciencia, aquella señal que estabas completamente en el final de tu vida, aquellos cachos de oro que tenía en la cabeza, tan suaves que parecían, deseaba tocarlos, acariciarlos.
Deseaba a Bakugō con toda su alma.
¿Por qué nadie podía ver que aquel chico no era un nerd? Todo menos aquello, aquel hombre hecho y derecho no tenía nada de aquella etiqueta, ¿por qué sus compañeros del futbol americano decían eso? ¿Por qué todos lo pintaban de nerd? ¿Por qué lo molestaban incluso cuando ellos terminaban peores que el cenizo? Ni idea.
Kirishima Eijirō está completamente enamorado del falso nerd de la escuela, Bakugō Katsuki.
¿Pero cómo coño acercarse a el? Bueno, él no era tímido, tanto que se había tratado de acercar a él con la intención de empezar una amistad. No fue nada bien recibido al principio, pintado de que era otro cualquier estúpido que iba a molestarlo, se le hizo difícil convencer a Bakugo que no iba ni quería molestarlo, que solo quería amistad con él. Aun así, no fue hasta mucho tiempo después que empezó a ser considerado como un amigo del oji-rubi
Una amistad que fue creciendo con el tiempo. El pelirrojo y el rubio cenizo se fueron tornando más y más cercanos con el paso del tiempo, los estudiantes de su generación lo miraban raro cada vez que saludaba a Katsuki por el pasillo, cada vez que le dedicaba una sonrisa brillante y una expresión que a nadie más se la dedicaba. Y aquello, a pesar de todo, le gustaba a Bakugō. Le gustaba ser el centro de atención de aquel pelirrojo "popular", le gustaba aquella expresión que ponía cuando lo miraba. Le gustaba.
Kirishima Eijiro había logrado conocer facetas de aquel chico que estaba seguro que nadie jamás en su vida habría imaginado que existían, por ejemplo; Bakugo Katsuki era alguien relativamente calmo, le gustaba estar en su mundo sin que le molestaran. Cada vez que a Katsuki le gustaba algo, sus ojos se brillaban de ilusión y un leve sonrojo se apoderaba de sus mejillas, haciendo que amara aquella expresión. La risa de Katsuki era algo realmente hermoso de oír y su sonrisa hermosa de ver, todo era tan armonioso para alguien que todos pensaban que se pasaba las 24/7 del día con el ceño fruncido.
Bakugō Katuski definitivamente no era un nerd.
Aquello lo confirmo cuando sus labios se unieron por primera vez, un secreto que ambos mantenían en el cofre de su corazón. Una fiesta de fin de año, dos pares de adolescentes hormonados y alcohol. La fórmula del desastre.
Besos húmedos, calientes y desesperados. Ambos cuerpos frotándose con desesperación mientras se escondían en uno de los baños de la enorme casa del creador de la fiesta, incluso aun con ropa puesta los frotes y toqueteos eran insistentes, con el sudor perlando sus cuerpos palpitantes y llenos de calor. La ropa desapareció de un momento a otro y no se volvió a ver en esa noche, entre mordidas y besos húmedos Kirishima sintió como tocaba el cielo de una manera que con ninguna chica jamás lo había hecho. Bakugō era la mescla de lascivo y sexy que lo embriagaba completamente. Todo en aquel rubio cenizo le hacía loco, su cuerpo, su mirada, sus expresiones, sus palabras, sus gemidos; todo lo enloquecía completamente.
Y desde ese día supo que no podría despegarse de aquel oji-rubí, que una necesidad mucho más fuerte que el amor lo llevaban a aquella locura. Antes de darse cuenta, sus ojos buscaban con desesperación a los del cenizo, queriendo tenerlo en todo momento en su campo de visión; si no era así, lo buscaba con ansiedad y nerviosismo hasta encontrarlo. Antes de darse cuenta, sus cuerpos se juntaron nuevamente, volvieron a encontrarse una y otra y otra vez, a veces en casa de Katsuki, otras veces en su propia casa, en un motel o hasta en los establecimientos escolares también, haciendo que solo las paredes de aquellos locales sean testigos de lo suyo. Antes de darse cuenta, estaba atrapado en una red mortal de lujuria y pasión, amor y necesidad.
No sabía cómo se sentía el cenizo al respecto de todo eso, pocas veces habían conversado sobre las cosas que hacían cuando la calentura subía, a pesar de todo la imagen de amigos con derechos ya estaba muy obvia. Pero aquello de alguna forma fue progresando hasta el momento en que Kirishima Eijiro le fue capaz de pedir una cita a Bakugo Katsuki, quien acepto sin dudarlo.
Por qué vamos, Bakugo era una mierda de persona y también era egoísta, aquel pelirrojo estaba en la suya, siempre lo supo, notaba la manera en que le miraba porque él no era para nada tonto. Pero, ¿le molestaba? ¿Le desagradaba? ¿Asco, quizá? No, nada de eso. Kirishima Eijiro había caído enamorado por alguien que desde que le vio despertó su homosexualidad. Aunque el tema de su sexualidad para Bakugo no era nuevo, aquel maldito pelirrojo logro sacarlo de su zona de confort y estropear todo. Poniendo su mundo de cabeza.
Dos corazones enamorados que no tardaron en unirse más allá que el sexo, más allá que la pasión y la lujuria lograron confesarse su amor. Siendo más un secreto que la cabina de la rueda de la fortuna donde subieron en su décima segunda cita tendrá que cuidar.
Katsuki no era un nerd.
Y Eijirō lo sabía muy bien.
ESTÁS LEYENDO
Fake Nerd
FanfictionEtiquetas se le dan a todos. Pero, ¿por qué deberían de darle una etiqueta errónea justo a el? Kirishima Eijirō, un chico popular de su instituto. Bakugō Katsuki, un nerd de su instituto. Cliché. •------• One