Yo no entiendo del todo al amor. Y te encontré. Te encontré sabiendo que podría perderte y te busco en varios rostros en aquella inmensa ciudad oscura. Te busco, pero nunca te encuentro ahí. Vivo buscándote en todas las cosas que a uno lo hace sentir vivo; entre las flores, entre el cielo y las estrellas, pero en ninguna te encuentro. Te busco varias veces por la mañana, pensando que algún día despertarías entre aquellas sábanas blancas. A veces, suelo buscarte cuando sé que ni siquiera puedes estar; en el café recién hecho, en los libros que leo, y entre las yemas de mis dedos que te han tocado, pero nunca estás. Te busco por la noche; completamente perdida en luces de casas que se ven desde la azotea. Te busco, y no te encuentro. Cuando no veo ni una señal tuya, te llamo. Es ahí dónde te encuentro, también es ahí donde me encuentro.
Tu voz es el hogar de todas las cosas perdidas, pues ahí encontré las esperanzas que algún día las creía sin vida, y encontré a los que muchos llaman "hogar", pues lo creía perdida; y lo encontré, lo encontré en ti.
Te he buscado varias veces, sin darme cuenta que siempre habías vivido en mí.
