La heroina perdida...

La heroína perdida...

Y con un suspiro, descendió del colectivo, convencida de que esta visita a su querido héroe no era como las demás. Se había dibujado torpemente, con una lapicera cualquiera, la Trifuerza en la mano izquierda, invocando a las Diosas para q le den él coraje para dar este paso. Miró su dibujo y se apresuró, recorriendo esa media cuadra que la separaba d su objetivo...
Apenas llegó, se le iluminó la cara con tan solo ver la sonrisa de él, y su mirada alegre. Ella sabía en su interior que había abandonado todo lo que creía amar, todo lo que representaba su zona de confort y su estabilidad emocional y mental, por ese hombre.
La noche transcurrió como cualquier otra de las que pasaban juntos, momentos únicos donde la conexión entre ellos parecía casi perfecta. Él no era demasiado cariñoso, pero había miles de gestos que a ella le demostraban que se sentía cómodo a su lado, como si pocas personas de su entorno toleraran meterse en su cabeza y comprender sus particulares gustos, excepto ella.
Llena de miedos, dilató él momento de la confesión hasta que se hizo muy tarde, cuando estaban a punto de dormirse. Pero sabía que era el momento, que no había marcha atrás. Así que, sin más, le confesó a su héroe lo que sentía por él.
Su corazón latía a mil por hora mientras esperaba su respuesta. Ese mismo corazón que se rompió en miles de pedazos en cuanto la escuchó: "Yo no siento lo mismo, es más, yo no siento nada. La paso bien cuando nos vemos, pero no quiero nada más."
Al instante, sus ojos se llenaron de lágrimas tan rápido que fue imposible contenerlas. Su mundo se había derrumbado definitivamente y todos sus sacrificios habían sido en vano. Él notó que lloraba y la consoló lo mejor que pudo. Incluso, se lamentó casi pensando para sí mismo que ella iba a empezar a odiarlo y no iba a querer saber mas nada de él después de esa charla. Poco sabía hasta donde podía llegar el amor que ella sentía.
Incluso, convencido de que esa sería la ultima noche juntos, se dio él gusto de prender la luz para verla llorar. Ante la pregunta de la aún sollozante chica que tenía ante sus ojos, simplemente explicó que le gustaba conocerla en todas sus facetas. Y es cierto, esa era la primera vez que la veía llorar. Quizás, además, seria la primera vez que veía a una mujer llorar de amor por él.
Así ella lloró abrazada a él hasta dormirse. Y cuando despertó, y cuando se fue de esa habitación donde había sido tan feliz durante muchas noches, supo que todo había terminado. Su mas profundo anhelo le había sido negado. Sus fuerzas duraron hasta cruzar la puerta de su propia casa. Puerta por la que había salido con la ilusión de ser una heroína, de ganarse el amor del príncipe con el que soñaba vivir una historia digna de cuentos. Pero no sabía que el corazón de su príncipe estaba congelado y q sus sentimientos estaban escondidos tras un escudo impenetrable que lo protegía de absolutamente todo.
La batalla había terminado, él esfuerzo había sido en vano, la heroína del cuento estaba perdida. Y así se dejó hundir en un mar profundo de tristeza que la alejó de todo lo que amaba. Porque lo que realmente amaba, su tesoro mas preciado, jamas podría ser suyo...