Prologo.

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El dulce olor a canela inundaba el pequeño pero lujoso departamento en la Ciudad de Mexico el cual anunciaba el amanecer y el inicio de un nuevo día, la chica de cabello rubios, de tez trigueña yacía dulce y tranquilamente recostada alado del joven de cabellos negros azabache el cual caía sobre su rostro con pequeños rulos, signo de que era ya tiempo de un corte.

Habían pasado cerca de 14 años desde la salida del prestigioso colegio "Elite Way School" ahora con 29 años la vida les seguía sonriendo y es que con el paso de los años la banda que habían formado con sus entrañables amigos seguía cosechando sus frutos -luego de altas y bajas pero muy bajas situaciones- ya que se mantenían en el gusto del publico tanto a nivel nacional como internacional e inclusive mundialmente.

Los rayos del sol comenzaban a iluminar lentamente el rostro de la joven mujer logrando despertarla con un pequeño gemido, eran cerca de las 9:15 de la mañana, sus grandes y hermosos ojos azules se abrieron lentamente dejándola explorar su ya conocido departamento, con la mirada busco al chico a su lado y cuando lo encontró una enorme sonrisa se esbozo en su rostro, con lentos movimientos, la joven se acerco hasta su amado, besándo tiernamente su mejilla, seguido de esto beso su nariz con un suave beso, logrando que el joven finalmente despertara.

"No, Mía, no" suplico el moreno, haciendo que la joven riera suavemente.

"Bebé" cantarruqueo Mía con su particular voz de bebe "son casi las diez de la mañana, bebe, es hora de levantarnos" prosiguió con la misma voz, estaba vez incorporándose para colocarse su bata.

"¿Sabes que hora es para mí?" Pregunto finalmente el chico cuando estuvo completamente lucido.

"No" respondió acomodándose el cabello.

"Hora de que me des unos besos bebe" respondió con el mismo tono de voz que ella, sin percatarse el joven tomo la mano de la chica tirando de ella hacía el, colocándola en sus brazos.

"¡Miguel!" Grito entre risas, mientras el joven de cabellos azabache besaba su rostro, cuello y finamente sus labios con un tierno beso.

Podrían pasar 10, 15, 20, 25 años y la sensación de sus labios juntos sería la misma: felicidad, plenitud, amor, pasión todo con el simple rose de labios contra labios.

"Tú quieres que los demás nos maten, ¿verdad?" Le pregunto ella colocando al final rendida la cabeza sobre su pecho, disfrutando de ese pequeño momento, que se había convertido ya en un rutina, despertarse, jugar y terminar recostados uno a lado del otro.

"¿Porque habrían de hacerlo? Digo...al final de cuentas tu y yo somos unos recién casados ¿no? Merecemos espacio y tiempo para amarnos" Finalizo su comentario mientras jugueteaba con el anillo en el dedo anular de la joven mismo que era idéntico al que el portaba en su propio dedo anular.

"Si bebé" sonrío tocando su rostro "pero estas de acuerdo con que estamos regresando de nuestra luna de miel, hemos estado casi dos meses separados, los extraño, ademas creo que es momento de hacer una aparición publica, la prensa podría comenzar a sospechar sinceramente no creo que sea el momento de anunciar esto" murmuro pegando el anillo a sus labios "quiero mantenerlo para nosotros tan solo unos días más"

"Lo sé, mi amor, pero creo que ha sido un milagro haber guardado el secreto estos dos meses, es solo cuestión de tiempo para que nuestros fans se enteren" La explico el dejándola ir finalmente, dejándola incorporarse de nueva cuenta.

"Lo sé Miguel" respondió mirándose al espejo "creo que podríamos organizar una conferencia o sacar un comunicado informándolos de esto, no sé pidiendo privacidad, ¿te parece?" Miguel se encontraba ya detrás de ella y sin dudarlo por un solo segundo la abrazo, pegándola a su cuerpo.

"Lo que usted quiera señora Arango" murmuro sobre su cuello depositando un suave beso.

"¡Ay calmate charrito monta perros!" Habían pasado casi 13 años desde que su ahora esposa le había dicho ese peculiar apodo uno con el cual lo enamoro y también lo había hecho sufrir "eres tú quien debería cambiarse el apellido...Sr. Colucci ¿no crees? Suena hermoso"

"Miguel Colucci o Mía Colucci de Arango" respondió con una enorme sonrisa el chico "deberiamos dejar que los fans decidan"

"¡¿Qué?! ¿Que decidan sobre algo tan personal? No, no, no, no mijito! Eso jamas" finalizo tajantemente la joven esposa ya que el timbre del departamento capto la atención de ambos.

"Señorita....perdón Señora" la llamo la señora de la limpieza al tocar la puerta.

"Maryam, cuentas veces tengo que decirte que con Mía es mas que suficiente" recordó la joven al abrir la puerta de la habitación para encontrarse con la mujer de mayor edad que la esperaba en la puerta paciente.

"Lo siento...seño...Mía" reparo casi al instante sonriéndole a la joven mujer "en la sala los están esperando los jóvenes..."

"Sí, sí, eso le estaba comentando a Miguel" respondió viéndolo con una enorme sonrisa la rubia tenia la intención de seguir hablando, pero cierta pelirroja irrumpió en la recamara interrumpiéndola.

"Cuñadito!" Saludo con ese tono de voz burlon que solo ella sabía realizar, tirandose sobre Miguel sin dudarlo, logrando que el joven recién casado gritara de dolor.

"¡R O B E R T A!" Grito Mia al ver a su ahora esposo cubierto por Roberta "Lo vas a lastimar Roberta" señalo de nuevo esta vez, asentado una buena nalgada en la pompa de su ya querida hermana "¡Roberta!" Grito de nuevo, logrando que la pelirroja dejara por fin en paz a Miguel.

"Ya, ya, ya hermanita" dijo al fin de pie.

"Roberta, por favor, deja ya a Miguel y a Mia" regaño esta vez el joven castaño en la puerta de la habitación "Que no vez que estos tortolitos están llegando de su luna de miel"

"Gracias Diego, pero no me estas ayudando" hablo Miguel arreglandose la bata, acercándose de nueva cuenta a Mía quien ya había colocado sobre su rostro su espectacular maquillaje, como había ya mencionado, esta sería la primera vez que RBD haría una aparición publica luego de dos meses separados.

"¿Estas bien gatito?" Le pregunto la rubia a su esposo, acariciando con delicadeza su rostro en el cual comenzaba a aparecer la barba que lo hacía lucir varonil.

"Sí, Roberta, no me lastimo...gracias a dios" respondió besando de nueva cuenta su mejilla "por favor, déjanos vestirnos Roberta" pido amablemente el chico.

"Pero no tarden haciendo sus cochinadas" pidió en tono de burla.

"ROBERTA!" Grito Mia sin poder creer semejante comentario provocando las risas de Miguel y Diego "Dejar de decir tonterías, por favor"

"Ya, vamos Roberta, démosles privacidad a los señores Arango...uh? Que raro se escucha eso" señalo Diego saliendo de la habitación tras él Roberta quien seguía riendo.

"Nunca va a cambiar" dijeron al mismo tiempo Miguel y Mia.

...

Nota: ¿Creen que deba continuar? Antes que nada esta es una historia original que solo contara con mínimo 25 capítulos, de la misma se desprenderá una mini-serie con "pequeños" vistazos a la vida de Mia y Miguel en diferentes etapas de su relación. ¿Que opinan?

No puedo vivir sin tu amor.Where stories live. Discover now