Otro día. Otro más. Sólo hay que resistir un poco más.
Ella intentaba descubrir el ¿Qué hacer?.No podía huir, esa era su casa. Ellos eran sus hijos, por ellos haría lo que sea. Por ellos resistiría.Empezó cuando nació Sam. La pobre bebé no paraba de llorar, era comprensible, tenía hambre.
Intento buscar por toda la casa, en la alacena, en el refrigerador, el los cajones.
Nada.En la tarde él llegó, el lobo, aún con traje de oveja, cansado, estresado, con ansias de... Violencia. Pedía a gritos callar a la criatura que lloraba en el cuarto de al lado.
Ella le replicó - ¿Cómo quieres que la calle? Tiene HAMBRE, necesita comida-.No recordaba muy bien lo que pasó después...
Gritos, empujones, y golpes.
Y al día siguiente, un ramo de flores con una tarjeta de perdón, y volvió a caer, lo perdonó.
Quizá era mejor haberlo dejado así.Pasaron los años, y aún con el nacimiento de Alec, él continuaba.
Las peleas dejaron de ser mutuas, ella se resigno a dejar que él le gritará y la golpeará. En ocasiones encerraba a sus hijos en el baño para que no vieran la escena, pero ella no los podía acompañar en su escondite, sería peor. Ya lo sabía, de memoria.
Hoy sería igual, quizá por el hecho de que hoy no hay comida para él.
Llegó, y ella sintió que su corazón daba una vuelta entera para después estrujarse contra el pecho.
Sus hijos estaban en el cuarto, con música a tope.
Él empezó a replicar, pero ella no le prestó atención, sólo miraba a los ojos de su cónyuge buscando al hombre del que se había enamorado, pero no lo encontraría, y eso era lo peor, bueno, quizá no lo peor, lo peor era que todo terminaría como empezó.Con falta de comida.
-¡PRÉSTAME ATENCIÓN MUJER!- gritó la bestia, y dirijio el primer golpe de la noche ella se cubrió, pero el fuerte puño le llegó a la cara, posteriormente la tomo del cabello la empujó contra la pared y continuó su acto vil, noqueandola, y finalmente acabando con ella.
Quizá era mejor así para ella, pero no lo mejor...para sus hijos
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Minutos antes
Short StoryNadie sabe cómo es. Ni los agentes, ni los forenses. Nadie sabe cómo es. Minutos antes de la muerte, los últimos segundos se van con el difunto, se pudren con el cadáver. Intento recrear, sus últimos minutos