La estrecha cintura JongDae es algo que podía tocar cuando quisiera, pasear sus manos por su piel desnuda cuando el sol aun no terminara de salir por el horizonte los tonos anaranjados bañaran su nívea piel dándole las mejores vistas a JongIn, acostado de lado como no acostumbraba estar, simplemente sonrió, aquella noche le fue imposible pagar el ojo pero Dae no tenía que enterarse.
Su pequeño chico había disfrutado de la noche, claro, de ambas maneras, en primera estancia con besos húmedos y sonrisas cómplices y en segunda estancia, en un profundo y reparador sueño del que todavía disfrutaba.
A eso se debía la bonita imagen que recibía JongIn, su perfecta espalda desnuda, besó su hombro con suavidad y se levantó de la cama, poniéndose únicamente sus pantalones para llegar a la cocina, preparar un café y beberlo mientras miraba por la ventana el sol alzarse e iluminar su sala de estar, posiblemente JongDae lo golpearía por despertar temprano pero en esos momentos los problemas solo se acumulaban en su cabeza y no lo dejaban en paz.
— Te he dicho que odio que me dejes, terco —su novio apareció por la puerta con una bata verde de viejos lesbianos mientras se movía por la cocina—. Tan lindo que es despertar abrazados con un lindo "Buenos días Innie, yo también lo pasé increíble anoche y quiero que se repita hoy en la mañana" y tener una mañana como Dios manda.
JongIn se mantuvo en silencio, observando como se movía por la cocina y probó un sorbo de su café, cuando JongDae se volvió a mirarlo es como se percató que no había respondido.
— Buenos días Dae.
— Buenos días tu cola JongIn—se acercó a él y le quitó la taza para dejarla a un lado, lo miró a los ojos—. ¿Qué sucede? Antes amabas despertar abrazado a mi y no estabas tan distanciado—calló, JongIn no contestaba y creía saber la razón, buscó en sus ojos y la encontró—. Es el dinero.
Se separó de JongIn y se paró frente al horno de microondas mientras cruzaba sus brazos. JongIn se acercó a él y rodeó su espalda mientras recargaba su barbilla en su hombro.
— Te he dicho mil veces que no debes preocuparte, siempre te he repetido que estaremos bien pero sigues insistiendo en que es necesario.
— Dae...
— ¿Sabes porque dejé mi familia JongIn? Porque si estaban ellos no estarías tú. Te escogí sobre todas las cosas y no me arrepiento ¿está bien? Puedo vivir en una caja de cartón en el callejón más oscuro y sucio de la galaxia pero seré feliz siempre y cuando despierte rodeado de tus brazos a la mañana siguiente —cerró los ojos levemente ante los pequeño besos que JongIn depositaba por su cuello, entrelazó sus dedos y pasó su otra mano por el cabello de JongIn.
— Lo siento—murmuró apenado—, tengo miedo de perderte, me gustaría darte miles de lujos pero nunca podré igual lo que tu familia podría darte.
— Una aburrida vida con una mujer que no sabe más que sacarse los mocos y joyas porque no saben dar amor propio, por Dios JongIn, piensa claramente las cosas—giró en sus brazos hasta estar frente a JongIn y besar sus labios, enredando sus manos en su cabello y profundizando el beso, las manos del moreno pasaron a su cintura—. ¿Me vas a dar los buenos días o vas a tener que llamar a la policía por violación?
— Me agrada más la idea de los policías.
— Uy, si ato tus manos a la cama no podrás tomar el teléfono.
— Tengo poderes psiquicos. Tus tácticas no servirán.
— ¿Seguro señor Kim? El que saldrá perdiendo de todas maneras será usted. ¿Sabe? Soy tan bueno que su mente no va divagar en nada que no sea yo.
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Trust me
RomanceConfía en mí y pruebame. Advertencias: Contenido sexual explícito, humor, un tanto de drama y una bonita sonrisa gatuna.