3. Noche De Walpurgis

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Pelear con el reverendo no fue tan divertido como pensó que sería, de hecho era bastante estresante y después de dos días de ver su ácido gesto Nina se encontraba lista para desfigurar aquella mueca.

Se sentía estresada, confundida y cansada. El encuentro con el vampiro la había dejado en ese estado y tener a Smith, su hijo y su nuera sobre ella todo el tiempo solo agravaba su malestar. No sabía si hacer caso a la advertencia, aún así y de manera inconsciente había preparado una maleta de practico tamaño con todo lo importante por si alguna urgencia se presentara.

"una mera precaución" se dijo pero coloco la maleta junto a la puerta.

Luego estaba aquel otro asunto del intruso en su casa, uno no tenía que ser un genio para saber que se trataba del mismo no-muerto pero por más que le daba vueltas al asunto no sabía como hizo para traspasar los símbolos sin fragmentarlos.

Y no, haber probado un poco de su sangre no hacía la diferencia.

Tenían que ser familia, sangre de su sangre.

"donde no sea un primo perdido, no encuentro otra explicación".

Esa teoría también explicaría porque la ayudaba.

Pero la advertencia del vampiro pareció perder sentido, cuando los últimos dos días no hubo ningún incidente, ni siquiera algún avistamiento, nada. Todos estaban extrañados por eso, muchos tenían la esperanza de que las medidas de protección tomadas hubieran funcionado.

Curiosamente Nina y el reverendo no sentían que fuera así. Esta extraña tranquilidad los tenía inquietos, incluso habían peleado menos y trabajado más. El reverendo presiono al alcalde para que las patrullas hicieran rondines en la noche, hacia horas de oración y tenia en ayuno a medio pueblo, Nina por su parte después de terminar con la iglesia pidió permiso para revisar los límites del pueblo y verificar que todo estuviera bien y justo ahora se dirigían hacia allá...juntos.

El silencio en el auto era sepulcral. Ninguno de lo dos hablaba, Nina hubiese preferido ir en su sedan, en la camioneta del reverendo se sentía tan fuera de lugar que saltó fuera del auto en cuanto esté se detuvo.

Él bosque se veía tan hermoso como siempre, Nina Inhaló profundo mientras el aire soplaba, cerro los ojos y se permitió relajarse, al abrirlos se encontró con aquel detestable hombre mirándola medio embelesado.

Ella no era consciente de la bella imagen que proyectaba parada en la entrada del bosque, vestida con un holgado suéter blanco, el cabello suelto siendo mecido por el viento y el sol de mediodía haciendo brillar su cabello, al verla el hombre frente a ella sólo pudo pensar que entendía a su hijo.

Ignorando lo que le había parecido reconocer en aquella mirada, Nina se dispuso a hacer su trabajo. Con una navaja tallo en la corteza de un árbol un símbolo protector.

-¿y eso para que sirve? - la pregunta sonó brusca.

-ayuda a mantener alejadas a las criaturas - no volteo para responder, terminó con el árbol camino unos metros hasta otro árbol y empezó a tallar de nuevo.

Escucho que Smith la seguía de cerca y sentía su pesada mirada en la espalda, quizá un poco más abajo también, se maldijo interiormente por ponerse leggins. Que ese "santo" hombre la estuviera mirando con lujuria no le hacía ninguna gracia.

-algunas personas del pueblo, las más sugestionables, creen que las bestias y los demonios se alejaron a causa de tus paganos símbolos. ¿Es cierto? - la pregunta era una mezcla de burla, curiosidad y sobre todo incertidumbre, todo esto lo hacía sentirse inestable y Nina se dio cuenta desde el principio.

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