«Génesis.
El principio del fin.
Moon siempre había tenido una extraña fijación con esa palabra, le parecía preciosa.»
La música de aquella discoteca estaba al máximo volumen, pero todo lo que Moon escuchaba era el latido de su corazón y su respiración.
Al abrir los ojos, frente a ella, había un chico.
Tenía el cabello negro como la noche, la tez pálida como la nieve, y sus ojos de un cían cautivador. Sus rosadas mejillas estaban esparcidas por cientos de pecas y, en sus finos labios, había dibujada una preciosa sonrisa blanca.
El chico sin nombre puso la mano en la nuca de Moon y empujó suavemente, haciendo que sus labios se juntaran.
Al separarse, ambos sonreían.
«Cuanto tiempo, Moon»
«Cuanto tiempo, Johan»
Moon puso sus manos tras la nuca de Johan y ambos juntaron sus labios.
Se habían añorado.
