Después de un escándalo y un rápido desayuno, la mayoría se encontraba sentados en la barra, aunque Ban y Cusack estaban parados y King y Elaine flotaban por la taberna.
- ¿Cómo es posible esto? - Le preguntó Hawk a Cusack, quien se encontraba algo preocupado por la tierna apariencia de la amada de su querido discípulo. Meliodas sonreía algo culposo, esto en parte era su culpa. Elizabeth, quien tenía al pequeño gato entre sus brazos miraba con curiosidad a Gelda, quien era el centro de atención de todos los presentes.
Gelda se había podido vestir gracias a la ayuda de Elizabeth y Diane, pero le habían hecho un agujero a la parte trasera de su vestido para que su cola larga y blanca saliera y se moviera libremente. A pesar de poseer un rostro tranquilo, sus mejillas se tiñeron de color rojo ante las suaves caricias que recibía. Diane y King tocaban con emoción las orejas gatunas de la vampiro, en cambio Elaine y Ban intentaban tocar su cola, que se movía poco pero rápidamente al sentir el contacto.
- Ahora tiene sentido porque me había sentido tan rara. - Pensó Gelda, quien ante toda aquella atención, se dedicó a jugar con su vestido.
- Bueno, sea lo que haya pasado. No es tan malo. - Comentó Cusack, intentando animar a la decaída vampiro-gato. Ésta lo observó con una pequeña sonrisa, provocándole un pequeño sonrojo. Como estaba orgulloso de que su discípulo consiguiera una bella dama como ella.
-Sí, mira el lado bueno. No te convertiste en pequeña como el capitán. - Dijo Diane mientras señalaba a Meliodas, quien comenzó a restregarse a los pechos de una Elizabeth sonrojada como un gato.
- Solo debemos esperar a que Merlín vuelva, o intentar comunicarnos con ella lo antes posible. - Opinó King, él y Diane habían dejado de tocar las orejas de Gelda al igual que Ban y Elaine su cola. Elizabeth asintió decidida.
- Oigan... - Habló Elaine algo pensativa, todos la miraron esperando a que continuara. - Se supone que esta semana teníamos planeado ir al bosque... ¿Cómo le haremos?
- Cierto... - Murmuró Ban con cierta flojera, debían de verificar que todo estuviera en su lugar. King suspiró algo preocupado por las apariencias de Meliodas y Gelda. Pero fue Elizabeth quien le sorprendió pues les sonrió a todos.
- ¡Está bien! Vayan al bosque, yo cuidaré de Meliodas. - El rubio sonrió con malicia ante su propuesta, que ligeramente ronroneó. Elizabeth solo sintió una pequeña vibración, llamándole la atención pero fue interrumpida por una Diane molesta.
- ¡Elizabeth! Eres a ti quien se debe cuidar del capitán. - Exclamó Diane con preocupación por su mejor amiga, pues conocía a Meliodas y sabía cómo se podía aprovechar de ella. Todos concordaron con la declaración de la gigante.
- ¡Oye! - Gruñó Meliodas ante las palabras de la gigante, quien sonrió ante la ternura de aquel gruñido.
- No se preocupen, yo estaré al cuidado de Elizabeth. - Dijo Hawk con orgullo, Elizabeth asintió con entusiasmo. Los demás pecados se observaron algo inconformes pero al ver la mirada determinada de la joven princesa, se resignaron. - También cuidaré de ti, Gelda. - La vampiro parpadeó algo confundida, ella se podía cuidar sola.
- No será necesario. - Comentó Cusack, quien se acercó a la dama. Gelda ladeó su cabeza, aún no sabía qué hacía él ahí. - Yo me encargaré de llevarla con el joven Zeldris...
Un gran sonrojo se apoderó así como una gran vergüenza, qué pensaría Zeldris si la viera en ese estado. Gelda miró avergonzadamente a Cusack, no sabría cómo reaccionaría Zeldris ante esta situación. Meliodas volteó a ver a la vampiro y le suplicó en silencio que no le dejara toda la responsabilidad de sus transformaciones.
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Purr me...
FanfictionLos gatos son seres "inofensivos" muy volubles por instinto, ahora imaginemos esas características en personas... En especial si éstas poseen una personalidad muy marcada, una juguetona y otra muy tranquila. ¿A ver quien cae ante sus tiernas garras...