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Sin darme cuenta la soledad se volvió mi única amiga, por el hecho de que la persona que un día tanto confíe me traicionó.
El dolor que me causo es imposible describir, siento como si me estuvieran clavando mil espinas por los brazos y piernas, un enorme ardor en mi estómago y mi corazón está de una manera que jamás en la vida había estado.

Mi sonrisa fue desvaneciendo a cada paso que daba, al igual que mi alegría que no volvió a ser la misma.
Luego de tantos años me doy cuenta que la culpa no fue tuya, si no mia, por haber caído en tus redes de mentiras.

Hoy en día no tiene caso seguir lamentando, tu tienes tú vida, y yo trato de recuperar la mía.

¿Porque Luna? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora