Encuentros Furtivos

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Un castaño de ojos chocolate se paseaba ansioso de un lado a otro a través de la habitación, su cita tenia mas de 15 minutos tarde y eso lo ponía con los nervios de punta, el hombre estaba obsesionado con la puntualidad, así que llegar tarde no era una opción.

Entonces el toque en clave resonó sobre la puerta de la insípida habitación.

Fue hasta la puerta y abrió dejando que su invitado entrara mientras cerraba la puerta tras de el, obligándolo a retroceder mientras admiraba los bonitos y tiernos ojos azules que le devolvían la mirada con seriedad.

-¡Llegaste! ¿Por qué llegas tarde?- Reclamo con aparente enfado, mientras seguía retrocediendo hasta ser acorralado contra el borde de la cama por su invitado.

-Ya te lo he dicho antes, mientras viva, siempre llegare.- El mas bajito parecía enfadado y él solo pudo sonreír mientras deslizaba su mano derecha sobre su cuello sosteniéndolo con fuerza, acercándolo hasta atraparlo en un suave beso de bienvenida.

-Mas te vale Rogers, si no iré por ti al infierno si es necesario.- rodeo con sus brazos la cintura del rubio mientras hundía su rostro en el pecho de este.-Te extrañe Steve…

-También te extrañe, estoy esforzándome por encontrar al que hizo todo esto, así podremos estar juntos todo el tiempo.- Aparto al mas bajito para verlo a la cara pero este frunció el seño.

-No hice nada malo Steve, así que no se que les esta tomando tanto tiempo, pero no vinimos aquí para hablar de eso verdad, así que manos a la obra capitán.- Deslizo sus manos sobre el uniforme militar y comenzó a desnudar al guapo hombre frente a el.

-Solo me utilizas para satisfacer tus necesidades sexuales.- Sonrió empujando a Tony sobre la cama con brusquedad.

-Tranquilo jefe! no puedes dañar la mercancía.- Sonrió sacándose la camiseta obscura, acariciándose el vientre antes de abrir su pantalón y deslizarlo entre sus piernas, ante la mirada deseosa del capitan.

-Tienes una imaginación peligrosa Tony.- tomo el pantalón con el que Tony luchaba y termino de sacárselo arrojándolo sobre una silla en la habitación, continuo quitándose el saco y lo colgó en el respaldo de la misma, al igual que hizo con sus pantalones después de doblarlos.

-Si! como sea, eso te gusta. Ahora quítate lentamente esa camiseta.- Steve sonrió y obedientemente levanto la camiseta blanca mostrando un poco su marcado abdomen mientras introducía lentamente su otra mano dentro de sus ajustados calzoncillos.- Detente, ven acá necesito tocarte, observar no es suficiente.- replico valorando con ojo critico al semidesnudo capitan.

El rubio se saco la ropa interior arrojándola sobre el resto de la ropa, subió en la cama hundiéndose inmediatamente entre las piernas de Tony quien lo observaba con intensidad.

-Al fin estoy en casa.- murmuro el Steve sobre los labios del hombre bajo su cuerpo, el cual se abrió complaciente para el. Ansiosas manos bajo se deslizaron bajo su playera acariciándolo y reconociendo cada centímetro de su cuerpo.

-Bienvenido a casa cariño.- murmuro un jadeante castaño que se aferro a la amplia espalda mientras era aplastado suavemente con el peso del capitan, quien le besaba el cuello con calidez, frotándose contra el entre sus piernas y en ocasiones empujándose con fuerza.

-Por que diablos no te quitaste la ropa interior.- Gruño Steve mientras se apartaba frustrado, tiro de la ropa interior fina de Tony por entre sus piernas, admirando codicioso la maravillosa desnudes del otro.

-Por que tengo que ponértelo difícil, quítate la playera de una vez.- Sonrió satisfecho de como el Capitán obedecía sin reparos.

-Eres un mandón sabes.- Se recostó nuevamente sobre él, disfrutando el contacto de piel contra piel.

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