Delirio

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Ésta noche he de acabar con mi maldita costumbre de soñar. Despertar agitado en la penumbra de mí habitación, diaforético y con estertores tales que alertarían a cualquier médico, por más incompetente que fuera, de mí condición de tuberculoso, enfermedad que más temprano que tarde terminará por llevarme al carajo. Pero mis terrores nocturnos no se relacionan con la fisiopatología de ésta jodida enfermedad, a pesar de que el Dr. Corral insista en argumentar que de eso y más es capaz una fiebre de 40 grados. ¿Qué puede saber un pusilánime médico de pueblo? Un tipo que fue incapaz de salvar a su propia mujer durante el parto, ¿y se siente competente frente a los misterios del onirismo? La psiquiatría, la menos entendida de las ramas médicas, no es ciencia a la que un médico palurdo, cuyo único mérito es obtener la simpatía de sus vecinos a través de una elocuencia digna del mejor y el peor de los políticos, pueda hacer frente. No, señores, nada tiene que ver mi insistencia por no tomar DoTBal* con mi actual condición de agónico pedante, pues me encontraba camino a morir mucho antes de conseguir el pretexto de la tuberculosis y la condición de pedante fue adquirida por la familia de mi padre varias generaciones atrás, según cuenta mi nana Imelda, mujer sabia entre las más. No, la causa de mi próxima muerte no es otra que mi mente jugando en contra mía, reproduciendo noche tras noche oscuras y terribles escenas en diferentes pero siempre nauseabundos escenarios. Repitiendo para mis adentros los tramos más oscuros de la película que es mi vida, todos fuera de contexto. El contexto es innecesario, no aumentará mi pena, los hechos por sí solos pesan lo suficiente para hacerme caer en la peor de las pesadillas. Pesan metafóricamente, claro está, pero, a veces, también físicamente. Mi cuerpo se hunde por su peso en un sucio colchón, postrado, inerte, sudoroso, febril, inocente de la injusticia que comete su propia masa encefálica sobre él. ¿Injusticia? ¿De qué hablas? Un acceso de tos corta mis pensamientos de golpe. Éste maldito cuarto insalubre, mohoso, empeora mi enfermedad.

Cualquier persona con un mínimo grado de ansiedad se habrá percatado de las malas pasadas que puede lograr el estrés crónico contra el cuerpo. A veces una piel hirsuta, a veces úlcera gástrica, a veces alopecia, a veces síndrome de Burnout, a veces la muerte. A mí me tocó la muerte. Una muerte paciente, vengativa, con ganas de hacerme sufrir, no despierto, pues no es pendeja, sabe que consciente puedo combatirla, no en vano la he eludido por años, la vida me ha hecho cabrón, y la muerte me lo quitará, pero no aún. Me juzgará dormido, incapaz de acceder a todas mis capacidades cognitivas. Por eso tengo miedo, por eso he evitado mi muerte una semana más. ¿Una semana? ¿En qué momento? Al principio a base de café, té negro, ejercicio, para después pasar a los gritos, golpes, arañazos, auto mutilaciones e incontables delirios. Justo ahora caigo en cuenta de lo mucho que debe estar basándose mi inconsciente en mis varios años leyendo a Poe para crear éstas alucinaciones. Una sombra, un gato, un corazón, el infaltable cuervo. ¿Qué pasa, muerte? ¿Qué pasa, inconsciente? ¿Te quedas sin trucos? No lograrás que desfallezca y tenerme a tus anchas. Pensar que usarías al más hermoso de los pasatiempos en contra mía. Me encuentro frente al espejo, mi ropa manchada de sangre me hace bajar la mirada.

No tiene sentido el no tomar el medicamento, ¿por qué lo he estado haciendo?, ¿no era yo quién eludía a la muerte?, ¿en qué momento la muerte tomó control de mis acciones? No, no fue la muerte. Fui yo. Me siento cansado de pelear, fingir que puedo ganar. Ésta es mi condena. ¿En verdad lograré expiar mis pecados en vida? El reloj suena. Sonrío. He ganado un día más en éste mundo. Pero éste último pensamiento no aminora la intensidad del miedo que siento de dormir de nuevo. Mi cuerpo pesa más a cada segundo. La sonrisa se convierte en una línea fina. Tiemblo, siento frío, pero el termómetro dice lo contrario. Quedo absorto en el vacío de mis pensamientos. Me dejo llevar. Comienza una nueva alucinación. Lo sé, porque nada en mi puta vida tuvo sentido, y las alucinaciones creadas por la muerte son lo más coherente que he visto jamás. Pero ésta es diferente, todo a mi alrededor brilla, no percibo nada más que una luz cegadora. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Reconozco la melodía, aunque no alcanzo a recordar el nombre. No recuerdo el nombre de nada. Y entre la nada camino. Una nada hermosa. La canción, más y más fuerte. Por fin, logro ver a través de la luz. Después de la luz, sólo oscuridad, fuego, dolor, odio, sufrimiento. Por favor, perdóname, madre.

***

Como lector encuentro fascinante descubrir palabras constantemente y buscar sus diferentes significados. Es por eso que decidí incluir un conjunto de notas sobre posibles dudas que pudieran surgir sobre términos pocos usados en el habla diaria. Ofrezco una disculpa a aquellos que puedan sentir que subestimo sus conocimientos. Y otra disculpa porque al final el glosario terminó siendo casi tan largo como la historia misma.

---- NOTAS SOBRE MEDICINA

- Generalmente los términos alucinación e ilusión son utilizados como sinónimos, sin embargo son cosas distintas. La alucinación es percibir algo inexistente como real, no se encuentra, empero la persona que la sufre puede ya sea verla, oírla, olerla, saborearla e incluso sentirla. Sucede en distintas enfermedades, sin embargo la más conocida es la esquizofrenia, por ejemplo, cuando una persona escucha voces inexistentes que le ordenan matar a alguien. La ilusión se refiere a percibir algo que es real pero de manera errónea, por ejemplo, al ir caminando por la calle y ver una persona común y corriente, pero la mente alterada la percibe como un monstruo. Vale la pena comentar la diferencia ya que las alucinaciones y las ilusiones se presentan en enfermedades diferentes.

*Alopecia: pérdida anormal de cabello.

*Cognición: procesar información a partir de la percepción y la experiencia. Consiste en los procesos de aprendizaje, razonamiento, atención, memoria, resolución de problemas, toma de decisiones, sentimientos.

*Delirio: síntoma propio de la psicosis. Alteración de la conciencia acompañado de alteraciones cognitivasy/o perceptuales que se desarrollan en un cortoperiodo de tiempo y varía con el mismo. No confundir con delirium. Aunque la propia definición de la enfermedad ya es bastante confusa.

*Diaforesis: sudoración abundante.

*DoTBal: nombre comercial del medicamento generalmente usado contra la tuberculosis pulmonar. En realidad es una mezcla de cuatro medicamentos; rifampicina, pirazinamida, etambutol e isoniazida.

*Estertor: ruido de burbuja, generalmente ronco, producido en diversas enfermedades del aparato respiratorio por el choque del aire con el moco que obstruye su entrada y salida.

*Fisiopatología: estudio del funcionamiento de un organismo durante el curso de una enfermedad.

*Hirsuto: áspero.

*Onirismo: alteración de la conciencia caracterizada por la aparición de fantasías semejantes a las de los sueños, con pérdida del sentido de la realidad.

*Psicosis: desorden mental grave, con o sin un daño orgánico, caracterizado por un trastorno de la personalidad, por la pérdida del contacto con la realidad y por causar el empeoramiento del funcionamiento social normal.

*Síndrome de Burnout: se describe como una forma inadecuada de afrontar el estrés crónico, cuyos rasgos principales son el agotamiento emocional y la disminución del desempeño personal.

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